Solo quería cagar pero tú le hiciste un pie de foto: una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia
El ojo humano ya no ve; escanea. Atraviesa la pantalla con la misma intensidad con la que uno mira las baldosas del metro: sin atención, pero con una rutina que raya lo litúrgico. Las palabras, las imágenes, las epifanías. Todo eso que creemos descubrir ya ha sido pensado, ejecutado, almacenado y regurgitado