Zohran Mamdani (Uganda, 1991) es socialdemócrata, musulmán, africano y no piensa disculparse por ello. A sus 34 años, es el alcalde más joven de Nueva York desde 1892, el primero en haber nacido en África y probablemente el primero en conocer a su mujer en Hinge. Aún queda esperanza para muchos.
Ha estado en el punto de mira de Trump estos últimos cinco meses, quien ha amenazado con desnaturalizarlo y deportarlo. Mamdani le arrancó al republicano hasta un último esfuerzo desesperado cuando este pidió el voto de su rival, Andrew Cuomo, el candidato independiente.
Incluso el mismísimo Mike Bloomberg, el exalcalde de la ciudad, ha invertido junto con otros multimillonarios en causas contra el favorito de los neoyorquinos. Y, aun así, Mamdani ha arrasado con más de la mitad de los votos en unas elecciones que han superado récords de participación.
La gran pregunta es: ¿Cómo se consigue la alcaldía de la capital financiera mundial si no eres blanco ni millonario?
Cien mil voluntarios tocando puertas. TikToks y tuits que entienden los códigos de zetas y millennials. E ir frontalmente contra los causantes de que la ciudad esté completamente deshumanizada: “Las élites os están jodiendo”.
Además de, por supuesto, venir de una Familia Bien.
Nacido en Kampala (Uganda), Zohran Mamdani llegó a NYC a los siete años cuando se trasladó junto a sus padres, que son ni más ni menos que Mira Nair y Mahmood Mamdani.
Mira Nair es una cineasta india y estadounidense que ha dirigido películas como Monsoon Wedding (2001) y Mississippi Masala (1991) y, aunque no te sonarán demasiado si no eres aficionado a las comedias indias, la primera ganó los Globos de oro a Mejor película de habla no inglesa en su año de estreno, así como otros galardones de cine independiente. Por el lado paterno, encontramos la figura de Mahmood Mamdani, un reconocido miembro de la comunidad científica y docente desde hace años de la Universidad de Columbia, nada menos.
A pesar de su percurso de estudios por algunas instituciones prestigiosas y contar con un capital cultural y social envidiable, Zohran Mamdani se adscribe a la línea socialdemócrata, practica abiertamente el islam y se niega a pedir disculpas por ello, como ha repetido hasta el hartazgo en las entrevistas que ha concedido tanto a medios de referencia como a tiktokers. No se habrá ganado el favor de las grandes cabeceras, pero tampoco lo ha necesitado.
Es un secreto a voces que detrás de su estrategia política en redes está su esposa Rama Duwaji (Houston, 1997), como auténtica connoisseur de los códigos digitales. La nueva primera dama de Nueva York no solo está causando un furor desenfrenado entre mi grupo de amigas, sino que internet está ardiendo con su trayectoria profesional y su feed de Instagram. Ilustradora, animadora, alfarera y ahora primera dama Gen Z y siria de la historia del país, Rama Duwaji colecciona títulos en redes como cartas de pokemon.
A pesar de esto, Duwaji (quien en el momento de escribir esto ya acumula un millón de seguidores en Instagram) ha declarado que, por ahora, prefiere mantenerse lejos del foco mediático, como ha hecho durante la campaña de su marido... al menos mientras la dejen. Pero, claro, los medios y usuarios no han tardado ni medio clic en descubrir hasta cómo se conoció la pareja: en Hinge. Hinge premium, dicen algunos.
Vivimos un momento en el que apelar a ciertos símbolos y sumarse a las causas adecuadas es más que suficiente para desencadenar el fenómeno fan en redes. Y la primera dama de NYC no ha quedado exenta. Muchos la comparan con Lady Di, otros analizan quirúrgicamente su estilo de vestir, su corte de pelo y, como era de esperar al tratarse de una mujer musulmana, también se ha levantado una gran humareda que apesta a islamofobia y misoginia en forma de tuits, reels y tiktoks.
Me he encontrado incluso un vídeo generado con IA que usa la cara de Rama Duwaji y augura que todas las chicas modernas estarán cortándose el pelo como ella durante los próximos meses. Algunas personas simplemente son incapaces de comportarse con normalidad hacia los millonarios.
Volviendo a la política. Mamdani se dirigió durante su campaña directamente a los migrantes, los trabajadores, las mujeres y los niños. A todos los que el sistema expulsa a las periferias mientras Manhattan sigue siendo un parque temático para ricos. Dicho así, acaba de anunciar un equipo de transición compuesto por él y Lina Khan, Grace Bonilla, Melanie Hartzog, Maria Torres-Springer y Elana Leopold.
Su contienda se basa en los siguientes puntos clave: pretende congelar los alquileres hasta 2030, ponerle un impuesto de un 2% a los millonarios que facturen más de 1M$ al año (esto es menos del 1% de la ciudadanía) y con ese dinero promete transporte público rápido y gratuito, establecer un servicio de cuidado infantil universal para los menores de cinco años y, quizá su medida más “socialista” y criticada, se ha propuesto abrir cinco supermercados administrados por el Gobierno en cada uno de los distritos de Nueva York. Supermercados administrados por el Gobierno suena a herejía capitalista, pero para los cerca de 2 millones de neoyorquinos que viven bajo el umbral de la pobreza no se trata de comer bien, sino de sobrevivir.
Pese a que la victoria de Mamdani ha llegado finalmente y contra todo pronóstico, no conviene apartar la vista ni un segundo de su ambiciosa agenda para los próximos años. La cual le ha conseguido el apoyo aplastante de los neoyorquinos y la atención de quienes seguimos la política estadounidense desde el otro lado del charco como si fuera la nuestra propia. Pero ahora, toca gobernar. Veremos si el socialista está a la altura.
