Out:
- Neorregionalismos: Quizá ya no queden más tradiciones que volver a traer a la palestra. Ni un sólo baile regional por modernizar.
- Post Punk: La oscuridad y la desazón parecen empezar a desvanecerse para configurar un 2025 más luminoso en forma y fondo musical.
- Shoegaze: Por la misma razón, la niebla que rodea a los grupos de guitarras empieza a disiparse y sonidos más nítidos empiezan a ocupar su lugar. La alta fidelidad llevándose por delante al lofi.
- Festivales sin mujeres en sus carteles: Por favor, 2025 ya. Promotores de conciertos: ¿no os da vergüenza que tengamos que seguir pidiendo esto con la cantidad de tías chulísimas que hay por ahí?
- Centralismo: Ya como deseo personal: las capitales de provincia existen. Hay salas por ahí, fuera de las de Madrid y Barcelona con mejor sonido y, quizá mejor público. A 2025 le pido que se termine esta dictadura, por favor.
In:
- Brasil: Algo empieza a removerse en Brasil. Cada vez más grupos de cualquier etiqueta vienen de allí y vaticino que este será el año de la explosión definitiva. Sea cual sea tu rollo, alguien vendrá desde allí a copar tus playlists.
- Trip Hop: Las guitarras de los 90 han copado todo en 2024, pero es hora de dejar paso a otro revival de esa década. Bristol volverá a ser el centro del universo.
- Postrock: Le decimos adiós con la manita a la niebla pero no al paisaje que cubre. Guitarrazos, canciones largas, una palabra por canción. Dejaremos de lado la afonía para empezar con la cervicalgia.
- Grupos petunios: Si dejamos fuera el postpunk, es momento de dejar entrar la luz a raudales. Metamos instrumentos locos, vientos, cencerros, panderetas, lo que sea. El camino que ha abierto Geordie Greep de Black Midi es el camino a seguir. Verbena y fanfarria para todas.
- Microfestivales: Soy la primera que estará en alguno de los grandes eventos perennes en la agenda. Pero véndeme un minifestival de dos días en una ciudad aleatoria con un cartel interesante fuera de lo común y removeré cielo y tierra para poder estar allí.