The Life of a Showgirl

Por
Ana Webb
4/10/2025

Taylor Swift ya es plenamente consciente de que, haga lo que haga, sus fans lo van a aceptar sin cuestionarlo.

Taylor Swift ha publicado su nuevo disco, The Life of a Showgirl. Esta nueva era cuenta con 12 canciones compactas producidas por el dúo de Shellback y Max Martin, aquellos detrás de los discos más pop de la cantante, publicados en la década de los 2010s: Red (2012), 1989 (2014) y Reputation (2018).

Hace un par de meses, Swift anunciaba su publicación en el podcast presentado por su futuro marido Travis Kelce, New Heights. En la entrevista, Swift comenta el giro que toma en sus decisiones creativas al decidir dejar atrás la producción de Jack Antonoff y Aaron Dessner (The National) en favor de una producción más concisa y directa. Esto es, con la intención de volver a una dinámica aún más inmersa en el mainstream, con hooks y líneas de bajo adictivas y fáciles de escuchar. 

Taylor Swift 'The Life of a Showgirl' Lyrics: Hidden Meanings, Fan Theories  & Easter Eggs | Teen Vogue

Teniendo esto en cuenta, y habiendo leído el título de las canciones, parece que esa decepción de la que habla Carlos Marcos en El País era de esperar. Aunque The Life of a Showgirl es, sin duda, muy fácil de escuchar, conteniendo estribillos pegajosos y puentes que buscan captar la atención, la experiencia general resulta similar a la de una comedia romántica mediocre de Netflix: empieza con cierta curiosidad, pero termina siendo tan incómoda y predecible que dan ganas de apagarla a la mitad por puro cringe

En mi anterior artículo sobre Swift lo mencioné, y lo reitero: ojalá Swift estuviera haciendo algo interesante. Ojalá pudiera defenderla y que este disco no me pareciese una serie de canciones empalagosas, con poca gracia, aburridas y con ningún tipo de contenido poético. Ojalá se diese cuenta de que lo no es cool1 es caer bajo los pies del mercado de una forma tan exagerada y vergonzosa. 

El disco en sí sigue las mismas dos de sus temáticas favoritas: el amor romántico hacia el novio de turno (en este caso el jugador de fútbol americano Travis Kelce) y las complicaciones de su fama como artista en la mira pública y todos los enemigos que ha acumulado en el camino.

Esto último es el caso de en “Father Figure”, “Actually Romantic” o “CANCELLED!”. La primera hace referencia a una canción de George Michael del mismo título y, según las fans, habla de la relación de Swift con su antiguo manager Scott Brochetta, a quien describe como un mafioso que juega con ella y se aprovecha de su inocencia. En “Actually Romantic”, Taylor parece responder, de manera muy infantil, a “Sympathy is a Knife”, de Charli XCX. En la canción de Charli, la artista describe las inseguridades y comparaciones que se generan en las dinámicas entre mujeres, describiendo a quien supuestamente es Taylor Swift como alguien quien “no podría ser aunque lo intentase”, y en comparación, la respuesta de Taylor en “Actually Romantic” resulta muy poco elegante. 

En su momento, la canción de Charli resultó relevante y llamó la atención porque se posiciona desde la vulnerabilidad y despliega una honestidad exagerada, llegando a confesar que se querría “pegar un tiro” de lo insegura que le hace sentir esta otra persona. Swift responde de manera infantil, dando a entender que se toma las “críticas” de Charli como halagos, que disfruta cuando hablan “mal” de ella.

En el amazon Track by Track, Taylor describe la escritura de estas canciones como “todas las cosas que siempre ha querido decir”, y ante esto yo pienso: ¿qué más le quedará por esconder? Parece que piensa que está siendo ingeniosa y traviesa haciendo referencia directa a toda esta gente que supuestamente la ha atacado, cuando, en realidad, ya no hay nadie más que sus fans acérrimas prestando atención.

Los temas sobre Kelce, entre ellos “The Fate of Ophelia”, “Opalite” y “Eldest Daughter”, aunque pueden resultar decentes por sus estructuras rígidas y estribillos pegadizos, contienen letras que resultan muy pobres teniendo en cuenta el potencial de escritura de Swift. 

Soy consciente de que Taylor siempre ha hecho una lectura del amor desde un romanticismo absolutamente enfermizo, pero este disco parece una parodia de sí misma, llevando sus habituales fantasías idílicas de la pareja hasta el límite más conservador. Esto me llama especialmente la atención en comparación a su actitud de hace dos álbumes, particularmente en “Lavender Haze” de Midnights (2021), donde habla de la presión mediática de encajar en una relación tradicional con su pareja del momento, Joe Aldwyn: entonces decía “That 1950s shit they want from me”. 

Kelce es el héroe que salva a Swift de la melancolía en “The Fate of Ophelia”, es a quien le promete eterno amor para siempre “Eldest Daughter”, es aquel macho a través de cuyo amor despierta el deseo en “Knock on Wood2”, es también el destino final en el camino hacia el amor último en “Opalite”.

Existen momentos en los que no se dirige a una persona en concreto, e intenta recuperar esa faceta de storyteller que floreció en Folklore (2020). En “Ruin the Friendship” relata la historia de un amor frustrado de su adolescencia, lamentando no haber besado a esa persona en un momento dado, hasta enterarse de su muerte años después (cringeazo). En “Elizabeth Taylor” retrata su miedo de “dejar de ser relevante” en el panorama pop mainstream, y ser reemplazada por alguien más joven y fresco. Sin embargo, lo que falla aquí es, una vez más, la perspectiva desde la que parece abordar este miedo: suena más a lamento desde una posición de poder que a una reflexión genuina. Esto contrasta con cómo trató el mismo tema en el pasado, de forma mucho más sutil, vulnerable y con una escritura más pulida, como en “Nothing New (Taylor’s Version3)”, incluida en la versión expandida de Red lanzada en 2021.

Lo que más me frustra de este disco no son tanto las metáforas forzadas o la baja calidad de la escritura, ni siquiera la vuelta hacia un pop empalagoso que, personalmente, me resulta difícil de digerir. Lo que realmente me molesta es la sensación de que Taylor ya es plenamente consciente de que, haga lo que haga, sus fans lo van a aceptar sin cuestionarlo. Bajo esa premisa, parece sentirse con la libertad de lanzar un trabajo sin ningún valor artístico pues sabe que, aún así, va a mantener en marcha la maquinaria millonaria de su carrera. Me entristece y me indigna que alguien con tanto talento, con tantos recursos y con tantas posibilidades para explorar nuevos territorios musicales elija, una vez más, publicar doce canciones sobre los mismos temas de siempre, explorando el más mínimo beef a su favor y capitalizando hasta los límites del cringe, como ya es habitual, el ejercicio de desciframiento de sus letras en relación a todas y cada una de sus relaciones personales. 

---

I have been afflicted by a terminal uniqueness / I've been dying just from trying to seem cool (“Eldest Daughter”
2 Redwood tree, it ain't hard to see / His love was thе key that opened my thighs.

3 And will you still want me / When I'm nothing new? (“Nothing New”)

You're only as hot as your last hit, baby / Been number one, but I never had two (“Elizabeth Taylor”)

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Música
The Life of a Showgirl
Taylor Swift ya es plenamente consciente de que, haga lo que haga, sus fans lo van a aceptar sin cuestionarlo.
Por
Ana Webb
4/10/2025

Taylor Swift ha publicado su nuevo disco, The Life of a Showgirl. Esta nueva era cuenta con 12 canciones compactas producidas por el dúo de Shellback y Max Martin, aquellos detrás de los discos más pop de la cantante, publicados en la década de los 2010s: Red (2012), 1989 (2014) y Reputation (2018).

Hace un par de meses, Swift anunciaba su publicación en el podcast presentado por su futuro marido Travis Kelce, New Heights. En la entrevista, Swift comenta el giro que toma en sus decisiones creativas al decidir dejar atrás la producción de Jack Antonoff y Aaron Dessner (The National) en favor de una producción más concisa y directa. Esto es, con la intención de volver a una dinámica aún más inmersa en el mainstream, con hooks y líneas de bajo adictivas y fáciles de escuchar. 

Taylor Swift 'The Life of a Showgirl' Lyrics: Hidden Meanings, Fan Theories  & Easter Eggs | Teen Vogue

Teniendo esto en cuenta, y habiendo leído el título de las canciones, parece que esa decepción de la que habla Carlos Marcos en El País era de esperar. Aunque The Life of a Showgirl es, sin duda, muy fácil de escuchar, conteniendo estribillos pegajosos y puentes que buscan captar la atención, la experiencia general resulta similar a la de una comedia romántica mediocre de Netflix: empieza con cierta curiosidad, pero termina siendo tan incómoda y predecible que dan ganas de apagarla a la mitad por puro cringe

En mi anterior artículo sobre Swift lo mencioné, y lo reitero: ojalá Swift estuviera haciendo algo interesante. Ojalá pudiera defenderla y que este disco no me pareciese una serie de canciones empalagosas, con poca gracia, aburridas y con ningún tipo de contenido poético. Ojalá se diese cuenta de que lo no es cool1 es caer bajo los pies del mercado de una forma tan exagerada y vergonzosa. 

El disco en sí sigue las mismas dos de sus temáticas favoritas: el amor romántico hacia el novio de turno (en este caso el jugador de fútbol americano Travis Kelce) y las complicaciones de su fama como artista en la mira pública y todos los enemigos que ha acumulado en el camino.

Esto último es el caso de en “Father Figure”, “Actually Romantic” o “CANCELLED!”. La primera hace referencia a una canción de George Michael del mismo título y, según las fans, habla de la relación de Swift con su antiguo manager Scott Brochetta, a quien describe como un mafioso que juega con ella y se aprovecha de su inocencia. En “Actually Romantic”, Taylor parece responder, de manera muy infantil, a “Sympathy is a Knife”, de Charli XCX. En la canción de Charli, la artista describe las inseguridades y comparaciones que se generan en las dinámicas entre mujeres, describiendo a quien supuestamente es Taylor Swift como alguien quien “no podría ser aunque lo intentase”, y en comparación, la respuesta de Taylor en “Actually Romantic” resulta muy poco elegante. 

En su momento, la canción de Charli resultó relevante y llamó la atención porque se posiciona desde la vulnerabilidad y despliega una honestidad exagerada, llegando a confesar que se querría “pegar un tiro” de lo insegura que le hace sentir esta otra persona. Swift responde de manera infantil, dando a entender que se toma las “críticas” de Charli como halagos, que disfruta cuando hablan “mal” de ella.

En el amazon Track by Track, Taylor describe la escritura de estas canciones como “todas las cosas que siempre ha querido decir”, y ante esto yo pienso: ¿qué más le quedará por esconder? Parece que piensa que está siendo ingeniosa y traviesa haciendo referencia directa a toda esta gente que supuestamente la ha atacado, cuando, en realidad, ya no hay nadie más que sus fans acérrimas prestando atención.

Los temas sobre Kelce, entre ellos “The Fate of Ophelia”, “Opalite” y “Eldest Daughter”, aunque pueden resultar decentes por sus estructuras rígidas y estribillos pegadizos, contienen letras que resultan muy pobres teniendo en cuenta el potencial de escritura de Swift. 

Soy consciente de que Taylor siempre ha hecho una lectura del amor desde un romanticismo absolutamente enfermizo, pero este disco parece una parodia de sí misma, llevando sus habituales fantasías idílicas de la pareja hasta el límite más conservador. Esto me llama especialmente la atención en comparación a su actitud de hace dos álbumes, particularmente en “Lavender Haze” de Midnights (2021), donde habla de la presión mediática de encajar en una relación tradicional con su pareja del momento, Joe Aldwyn: entonces decía “That 1950s shit they want from me”. 

Kelce es el héroe que salva a Swift de la melancolía en “The Fate of Ophelia”, es a quien le promete eterno amor para siempre “Eldest Daughter”, es aquel macho a través de cuyo amor despierta el deseo en “Knock on Wood2”, es también el destino final en el camino hacia el amor último en “Opalite”.

Existen momentos en los que no se dirige a una persona en concreto, e intenta recuperar esa faceta de storyteller que floreció en Folklore (2020). En “Ruin the Friendship” relata la historia de un amor frustrado de su adolescencia, lamentando no haber besado a esa persona en un momento dado, hasta enterarse de su muerte años después (cringeazo). En “Elizabeth Taylor” retrata su miedo de “dejar de ser relevante” en el panorama pop mainstream, y ser reemplazada por alguien más joven y fresco. Sin embargo, lo que falla aquí es, una vez más, la perspectiva desde la que parece abordar este miedo: suena más a lamento desde una posición de poder que a una reflexión genuina. Esto contrasta con cómo trató el mismo tema en el pasado, de forma mucho más sutil, vulnerable y con una escritura más pulida, como en “Nothing New (Taylor’s Version3)”, incluida en la versión expandida de Red lanzada en 2021.

Lo que más me frustra de este disco no son tanto las metáforas forzadas o la baja calidad de la escritura, ni siquiera la vuelta hacia un pop empalagoso que, personalmente, me resulta difícil de digerir. Lo que realmente me molesta es la sensación de que Taylor ya es plenamente consciente de que, haga lo que haga, sus fans lo van a aceptar sin cuestionarlo. Bajo esa premisa, parece sentirse con la libertad de lanzar un trabajo sin ningún valor artístico pues sabe que, aún así, va a mantener en marcha la maquinaria millonaria de su carrera. Me entristece y me indigna que alguien con tanto talento, con tantos recursos y con tantas posibilidades para explorar nuevos territorios musicales elija, una vez más, publicar doce canciones sobre los mismos temas de siempre, explorando el más mínimo beef a su favor y capitalizando hasta los límites del cringe, como ya es habitual, el ejercicio de desciframiento de sus letras en relación a todas y cada una de sus relaciones personales. 

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I have been afflicted by a terminal uniqueness / I've been dying just from trying to seem cool (“Eldest Daughter”
2 Redwood tree, it ain't hard to see / His love was thе key that opened my thighs.

3 And will you still want me / When I'm nothing new? (“Nothing New”)

You're only as hot as your last hit, baby / Been number one, but I never had two (“Elizabeth Taylor”)

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