En Navidad conocí a una chica que, sinceramente, fue un amor a primera vista, de los que casi no quedan. Le conté a mucha gente que la estaba conociendo porque realmente me apasionaba, íbamos los dos enfilados a hacer planes juntos y compartir muchos momentos. Era algo mutuo. Pero un día de repente todo se torció y me contó que no estaba preparada. Inocente de mí seguí intentando que me viera como esa persona que necesitaba en su vida e intenté muchas cosas para ello, pero no lo hizo. Y aquí sigo, 6 meses después sin poder olvidarme de ella, viéndola cada noche y pensando que ojalá me escriba para decirme que todo fue un malentendido y volver al camino que creamos al principio. ¿Qué puedo hacer para olvidarme definitivamente de ella?
Si tuviese la fórmula secreta para olvidar a alguien es posible que la hubiese utilizado en varios momentos de mi vida… Pero querría proponerte un juego a la inversa: ¿y si en lugar de buscar a la desesperada el olvido, abrazas un poco más el recuerdo y empiezas a vivir con él en calma? Leía el otro día en Yoga de Emmanuel Carrere que cuánto más queremos huir de un pensamiento, ese mismo pensamiento más nos atrapa.
Lo que tuvisteis fue precioso y eso ya no te lo puede quitar nadie, viviste y sentiste cosas, qué maravilla. Tendrás que asumir que ella no podía continuar y que si hay desamor es que sí hubo amor porque no sentirías lo que sientes con cualquier persona. Y sal a que te dé el aire. También podrías leer Yoga.
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Tuve un casi-algo de casi 6 meses con un chico. Hablábamos a diario, nos contábamos la vida, pero quedábamos solo para tener sexo, intenso, cariñoso, pero solo eso. Fue una relación sexual que evolucionó muy bien; y una relación afectiva que creció y luego se estancó. Decidí cortar un mes después de que nos hubiéramos prometido hacer otros planes para conocernos, y solo fuéramos capaces de tener sexo. Pero el cariño entre ambos existe. Él me ha escrito alguna vez desde que ese casi-algo terminó; ha intentado mantener las conversaciones eternas, demostrar su interés y aprecio en mi, y volver a tener sexo. Al principio accedí, pero después de dudarlo, le he dicho que es pronto para vernos y tener sexo (apenas han pasado 3 semanas desde que lo dejamos). Le dije que nos viéramos a partir de septiembre. Cómo ser amigo de alguien con quien no has podido tener nada más que sexo? Dos personas que se echan de menos pero a las que solo une la experiencia del sexo y las conversaciones diarias y eternas que nunca llevaron a nada.
Creo que “sólo la experiencia del sexo y conversaciones diarias y eternas” es muchísimo. Lo ves como poquito pero yo lo que observo es una conexión real con alguien que quizás no lleva a una relación pero que existe. Todas esas conexiones no tienen por qué acabar en ese algo más, son valiosas por sí mismas siempre que las dos partes estén de acuerdo.
Mi pregunta para ti de vuelta es tú que quieres realmente, porque intuyo por ahí que deseabas algo más y no se dio, y la amistad podrá surgir y quedarse si ambos acordáis estar en el mismo plano, si no estaréis en desequilibrio.
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Hace poco terminé una relación con mi ex pareja, han sido meses difíciles. El me pidió contacto cero y lo estoy respetando. ¿Qué hacer con las palabras que me faltó decirle, con las anécdotas que me faltó contar, con los recuerdos, con el amor y con todo eso que aquí está y no sé qué hacer con el?
¿Y si le escribes una carta? Con todo lujo de detalles, con anécdotas, palabras bonitas, otras tristes, recuerdos, da igual. La escribes aunque sean diez hojas. Y después te la lees: todo eso que hay en la carta es tuyo, en realidad hay cosas que quieres decirte a ti, el amor de esas palabras lo tienes dentro. La metes en un sobre y le pones tu nombre: la carta será para ti.
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No me enamoro desde hace como 20 años
¿Te has permitido enamorarte?
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Tengo casi 21 años y aún no he vivido nada romántico: ni pareja, ni besos, ni rollos. No tengo prisa, sé que cuando llegue, quiero que sea especial. Pero a veces siento que estoy dejando pasar oportunidades… No sé si por miedo, por no lanzarme, o simplemente porque aún no ha llegado el momento. Todos dicen que cuando te enamoras, lo sabes. ¿Y si yo no lo tengo tan claro?
El año pasado me sentí realmente ilusionada por alguien. Al principio todo fluyó, había conexión, pero sin razón aparente él se alejó. Seguimos viéndonos en un grupo de amigos, y a veces vuelve a parecer el de antes (piques, miradas...) pero otras, es como si ni siquiera fuéramos amigos. Estoy cansada de esa irregularidad y al mismo tiempo no quiero estarlo.
Con otro chico, cada vez estoy más cómoda. Me escucha, me hace reír, puedo ser yo sin filtros, y se preocupa de verdad. En su día le dije que solo lo veía como amigo, y él ha respetado eso totalmente. Pero no sé si ahora estoy empezando a sentir algo más. Me da miedo que su forma de ser —algo intermitente, a veces desaparecido— no encaje con lo que necesito.
Y hay un tercero que lleva tiempo mostrándome interés. Es encantador, atento, de esos que cualquiera describiría como el “novio ideal”. Pero a mí, físicamente, no me atrae. Me duele pensar que pueda malinterpretar mi cercanía, aunque no quiero forzar algo que no siento. Por otro lado, a veces pienso que quizá la atracción pueda surgir después, porque sí creo que podría salir algo bonito.
No sé si estoy esperando demasiado, si no he sabido ver lo que tengo delante… o si simplemente aún no ha llegado el indicado.
¿Qué es demasiado? Nos obsesionamos con tratar al amor y al enamoramiento como si hablásemos de trabajo, contabilidad o ciencias exactas. Esto va más de intuición siempre y creo que tú has ido haciendo lo que tú cuerpo te pedía.
Algunas cosas que te pueden servir: ese irregular, fuera, para qué, si sólo te muestra interés a veces, no estará tan interesado. Al que no te atrae físicamente, no lo fuerces, si finalmente la conexión se hace más y te va gustando más, lo sabrás.
Las listas, los demasiados y las fórmulas matemáticas las podemos usar para un montón de otras cosas. Sólo tienes 21 años, estás descubriendo el mundo, déjate pasear por la incertidumbre y escucha a tu estómago, cuando te guste alguien de verdad lo sabrás (y también te equivocarás y vas a ver que es fantástico).
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Tengo 28 años y me siento agotado con el tema de no ser nunca elegido en el tema amoroso.
Recapitulando hacia atrás, siempre me ha ocurrido que conozco a alguien, hay química, a veces hay encuentros más íntimos-sexuales, pero al final nunca terminan escogiéndome. Por a, b o c motivo siempre terminan yéndose.
Me agota sentirme así. Es como si no fuera suficiente como para algo amoroso, que sólo sirviera para algo sexual y ya. Cuando era un adolescente recurría a sexualizarme para obtener algo de cariño, y tristemente casi nunca lo obtenía. Todavía me duele eso.
Actualmente ya no recurro a explotarme sexualmente por un par de caricias vacías, pero igual sigue doliendo. Hace no mucho tiempo, desperdicié 1 año de mi vida conviviendo con alguien que me quería a medias, que cuando quería me tomaba en cuenta y hasta que conoció a alguien más y simplemente se fue. Ya casi no me duele el hecho que me dejó con todo el amor en las manos, pero aún así se me viene a la mente todas las veces que no me eligieron, que no decidieron apostar por mí, que se fueron de mi vida dando excusas tontas.
Hace tiempo que he ido trabajando en asumir que quizá no estoy destinado a estar en pareja con alguien más, que tendré que conformarme con uno que otro lío amoroso express de 3 semanas o 1 mes, esperando a que comience poco a poco a quitarme atención y terminé yéndose sin mirar atrás.
Me siento agotado con toda esta situación.
Lo entiendo, muchísimo. ¿Pero sabes qué? Ante el cinismo, optimismo. Ante la desilusión, pensar que podría ser que sí, que no ha pasado hasta ahora pero podría ocurrir, que igual que tú tienes mucho amor en las manos, hay otra persona que lo tiene, que todavía no os habéis cruzado, pero que os podríais cruzar. Ante el desazón, la magia de la posibilidad. Me gusta mucho una canción de Costa Brava que dice “qué más puede darte el mundo si cada segundo es una primera vez” y lo creo de verdad: la acumulación de negativas no cambia las posibilidades de una positiva. Si mantienes el ánimo, el mundo te está regalando otra primera vez.
