Gente que piensa #1: El amor y tres formas de moldearlo

Turismo y entretenimiento para evitar que nos divorciemos. Salir de la rutina para no ver la realidad. Marta, de verdad, ¿no te das cuenta? ¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde?

Hay un hilo invisible que conecta a artistas como Edward Hopper, Andrew Wyeth y Vilhelm Hammershøi. Hablo de la capacidad para capturar la soledad humana en su estado más poético y evocador. Estos creadores, junto a otros nombres como Max Baris, Manuel Di Chiara y Harold Steggles o incluso la española Alejandra Caballero, exploran en sus obras la quietud de los espacios cotidianos, el silencio de una habitación vacía, la melancolía que habita en lo ordinario.

Paisajes urbanos desolados, interiores bañados por una luz tenue o figuras que parecen sumidas en sus pensamientos. Sus obras no solo retratan escenarios, sino emociones tan profundas como la nostalgia, el aislamiento, etc…

Desde la adolescencia me ha encantado esa forma de exponer lo sencillo, lo simple. Esa habilidad para convertir la cotidianidad en algo sublime. 

De ahí nace ‘Gente que piensa’, una fusión de fotografía y escritura inspirada por estos artistas. Una expresión de lo que somos y lo que sentimos. Una travesía fotográfica que inventa una vida a través de la fotografía.

Tres fotografías acompañadas de una ficción, que podrás disfrutar aquí, en sustrato.io, cada quince días.

Adelante.

"Creo que estoy enamorada, y digo creo porque pienso que a esta edad no te enamoras como antes"

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Creo que estoy enamorada, y digo creo porque pienso que a esta edad no te enamoras como antes. Quiero decir que yo quedo con Roberto y tomamos un café y él compra el periódico y después paseamos por el Retiro y cuando nos apoyamos frente al lago (siempre lo hacemos como si fuera nuestra primera cita), él me agarra de la mano. Solo lo hace ahí. Nunca mientras paseamos o mientras tomamos el café. Su impulso nace y muere ahí, frente al lago. A mí eso es algo que me causa curiosidad porque nos hace ser dos adolescentes. Nos miramos y nos reímos porque ambos pensamos lo mismo. Cuando sucede, cuando me agarra la mano, siento que todavía hay algo dentro de mí que sigue vibrando. Y me pongo nerviosa. ¿¡Me pongo nerviosa yo!? A mi edad, madre mía, después de tantos tumbos y tantas historias que llevo encima. Supongo que esto es lo que te queda cuando el tiempo empieza a correr tan rápido que no puedes ni agarrarte a él. La revolución es seguir haciendo lo que hacías cuando eras joven y te atrevías a todo y la inocencia marcaba el camino. Yo quiero repetir esto todos los domingos. Yo quiero salir a pasear con Roberto, como lo hacemos. No necesito más. Que siga todo igual y que nos miremos como nos miramos la primera vez.

"¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde?"

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Le compramos un globo al niño y cuando el niño tiene el globo, pide que subamos a las barcas, y cuando subimos a las barcas, el niño quiere comerse un helado. En fin… Un fin de semana para mamá, papá y el niño. Pero más para el niño. El Musical del Rey León, cena en un Vips, visita al mirador de Cibeles… Y menos mal que al final hemos entrado al Tour del Bernabéu. Menos mal. Turismo y entretenimiento para evitar que nos divorciemos. Salir de la rutina para no ver la realidad. Marta, de verdad, ¿no te das cuenta? ¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde? Yo tampoco sé cómo hacer esto, no lo sé, de verdad, pero nos estamos metiendo en unos jardines que no vamos a saber cómo salir de ellos. Luego será peor para el niño. El niño crece, y cada vez más rápido. Cuando nos queramos dar cuenta será tarde. Empezará a hacer sus planes. ¿Y tú y yo? ¿Tenemos algún plan? Yo te miro y no quiero separarme de ti pero de verdad que no sé qué más hacer. Siento que antes era capaz de leer lo que pasa por esa cabecita, pero ahora… Ahora no sé ni lo que piensas ni lo que sientes por mí, Marta. ¿Qué sientes por mi? Yo te quiero, ¿sabes? El niño crece. Pronto empezará a hacer sus planes. ¿Y tú y yo? ¿Tenemos algún plan?

“Ella es feliz aquí, en Madrid, aunque a veces le supere todo un poco.”

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Ella es feliz aquí, en Madrid, aunque a veces le supere todo un poco. Su madre y yo siempre intentamos hacerle una visita pero esto nos supone cada vez más esfuerzo y, sobre todo, más cansancio. Cuando te haces mayor, los viajes en tren pierden ese encanto poético y se convierten en una gym-kana que saca el mal estado de tu forma física a relucir. Por eso yo le digo «Viaja ahora que eres joven. Viaja mucho. Aprovecha». Pero ella trabaja y trabaja y nunca saca tiempo para no hacer nada. Ya se dará cuenta, supongo.

Cuando venimos a Madrid, siempre busca una razón para llevarnos a pasear al Retiro. Le encanta, y a nosotros también porque vemos cómo se desenvuelve ahora la niña que fue. Son ocho años ya desde que dejó nuestra casa y seguimos esperando la oportunidad de que encuentre trabajo más cerca. No por nada, pero nos tranquilizaría mucho. Ella dice que es imposible, y tiene razón, pero un padre siempre insiste. Mientras siga bien, nosotros contentos. Tiene todo por delante y le espera un futuro de cosas sorprendentes.

Y aunque he terminado acostumbrándome a las despedidas, a los abrazos en Atocha y en el Retiro, cuando volvemos al pueblo sigo teniendo el miedo de que un día se encienda la pantalla del móvil en la mesita de noche. Y que sea ella bañada en lágrimas impulsadas por otro ataque de ansiedad.

sustrato, como te habrás dado cuenta ya, es un espacio diferente. No hacemos negocio con tus datos y aquí puedes leer con tranquilidad, porque no te van a asaltar banners con publicidad.

Estamos construyendo el futuro de leer online en el que creemos: ni clickbait ni algoritmo, sino relación directa con escritores sorprendentes. Si te lo puedes permitir y crees en ello, te contamos cómo apoyarnos aquí:
Lee a tus autores favoritos y apoya directamente su trabajo independiente y audaz.
VER PLANES
Ficciones

Gente que piensa #1: El amor y tres formas de moldearlo

Turismo y entretenimiento para evitar que nos divorciemos. Salir de la rutina para no ver la realidad. Marta, de verdad, ¿no te das cuenta? ¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde?

Hay un hilo invisible que conecta a artistas como Edward Hopper, Andrew Wyeth y Vilhelm Hammershøi. Hablo de la capacidad para capturar la soledad humana en su estado más poético y evocador. Estos creadores, junto a otros nombres como Max Baris, Manuel Di Chiara y Harold Steggles o incluso la española Alejandra Caballero, exploran en sus obras la quietud de los espacios cotidianos, el silencio de una habitación vacía, la melancolía que habita en lo ordinario.

Paisajes urbanos desolados, interiores bañados por una luz tenue o figuras que parecen sumidas en sus pensamientos. Sus obras no solo retratan escenarios, sino emociones tan profundas como la nostalgia, el aislamiento, etc…

Desde la adolescencia me ha encantado esa forma de exponer lo sencillo, lo simple. Esa habilidad para convertir la cotidianidad en algo sublime. 

De ahí nace ‘Gente que piensa’, una fusión de fotografía y escritura inspirada por estos artistas. Una expresión de lo que somos y lo que sentimos. Una travesía fotográfica que inventa una vida a través de la fotografía.

Tres fotografías acompañadas de una ficción, que podrás disfrutar aquí, en sustrato.io, cada quince días.

Adelante.

"Creo que estoy enamorada, y digo creo porque pienso que a esta edad no te enamoras como antes"

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Creo que estoy enamorada, y digo creo porque pienso que a esta edad no te enamoras como antes. Quiero decir que yo quedo con Roberto y tomamos un café y él compra el periódico y después paseamos por el Retiro y cuando nos apoyamos frente al lago (siempre lo hacemos como si fuera nuestra primera cita), él me agarra de la mano. Solo lo hace ahí. Nunca mientras paseamos o mientras tomamos el café. Su impulso nace y muere ahí, frente al lago. A mí eso es algo que me causa curiosidad porque nos hace ser dos adolescentes. Nos miramos y nos reímos porque ambos pensamos lo mismo. Cuando sucede, cuando me agarra la mano, siento que todavía hay algo dentro de mí que sigue vibrando. Y me pongo nerviosa. ¿¡Me pongo nerviosa yo!? A mi edad, madre mía, después de tantos tumbos y tantas historias que llevo encima. Supongo que esto es lo que te queda cuando el tiempo empieza a correr tan rápido que no puedes ni agarrarte a él. La revolución es seguir haciendo lo que hacías cuando eras joven y te atrevías a todo y la inocencia marcaba el camino. Yo quiero repetir esto todos los domingos. Yo quiero salir a pasear con Roberto, como lo hacemos. No necesito más. Que siga todo igual y que nos miremos como nos miramos la primera vez.

"¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde?"

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Le compramos un globo al niño y cuando el niño tiene el globo, pide que subamos a las barcas, y cuando subimos a las barcas, el niño quiere comerse un helado. En fin… Un fin de semana para mamá, papá y el niño. Pero más para el niño. El Musical del Rey León, cena en un Vips, visita al mirador de Cibeles… Y menos mal que al final hemos entrado al Tour del Bernabéu. Menos mal. Turismo y entretenimiento para evitar que nos divorciemos. Salir de la rutina para no ver la realidad. Marta, de verdad, ¿no te das cuenta? ¿No te das cuenta de que hay cosas para las que ya es demasiado tarde? Yo tampoco sé cómo hacer esto, no lo sé, de verdad, pero nos estamos metiendo en unos jardines que no vamos a saber cómo salir de ellos. Luego será peor para el niño. El niño crece, y cada vez más rápido. Cuando nos queramos dar cuenta será tarde. Empezará a hacer sus planes. ¿Y tú y yo? ¿Tenemos algún plan? Yo te miro y no quiero separarme de ti pero de verdad que no sé qué más hacer. Siento que antes era capaz de leer lo que pasa por esa cabecita, pero ahora… Ahora no sé ni lo que piensas ni lo que sientes por mí, Marta. ¿Qué sientes por mi? Yo te quiero, ¿sabes? El niño crece. Pronto empezará a hacer sus planes. ¿Y tú y yo? ¿Tenemos algún plan?

“Ella es feliz aquí, en Madrid, aunque a veces le supere todo un poco.”

Fotografía: Carlos Gómez B.

—Ella es feliz aquí, en Madrid, aunque a veces le supere todo un poco. Su madre y yo siempre intentamos hacerle una visita pero esto nos supone cada vez más esfuerzo y, sobre todo, más cansancio. Cuando te haces mayor, los viajes en tren pierden ese encanto poético y se convierten en una gym-kana que saca el mal estado de tu forma física a relucir. Por eso yo le digo «Viaja ahora que eres joven. Viaja mucho. Aprovecha». Pero ella trabaja y trabaja y nunca saca tiempo para no hacer nada. Ya se dará cuenta, supongo.

Cuando venimos a Madrid, siempre busca una razón para llevarnos a pasear al Retiro. Le encanta, y a nosotros también porque vemos cómo se desenvuelve ahora la niña que fue. Son ocho años ya desde que dejó nuestra casa y seguimos esperando la oportunidad de que encuentre trabajo más cerca. No por nada, pero nos tranquilizaría mucho. Ella dice que es imposible, y tiene razón, pero un padre siempre insiste. Mientras siga bien, nosotros contentos. Tiene todo por delante y le espera un futuro de cosas sorprendentes.

Y aunque he terminado acostumbrándome a las despedidas, a los abrazos en Atocha y en el Retiro, cuando volvemos al pueblo sigo teniendo el miedo de que un día se encienda la pantalla del móvil en la mesita de noche. Y que sea ella bañada en lágrimas impulsadas por otro ataque de ansiedad.

sustrato, como te habrás dado cuenta ya, es un espacio diferente. No hacemos negocio con tus datos y aquí puedes leer con tranquilidad, porque no te van a asaltar banners con publicidad.

Estamos construyendo el futuro de leer online en el que creemos: ni clickbait ni algoritmo, sino relación directa con escritores sorprendentes. Si te lo puedes permitir y crees en ello, te contamos cómo apoyarnos aquí:
Lee a tus autores favoritos y apoya directamente su trabajo independiente y audaz.
VER PLANES