No Sex #46: No quiero un novio perfecto

Quiero que la cagues y quiero también cagarla yo

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Internet ya estaba lleno de chicas perfectas. El clean look, el gloss de Rhode, los tonos beige, las flores frescas, los cafecitos divinos, el portátil intacto; fotos estupendas y seguidoras preguntándoles por su último bolso de piel marrón en el-que-cabe-todo y por una pequeña guía de restaurantes y vinitos. Yo sinceramente pienso que muchísimas de ellas no comen más que un plato minúsculo cenando y se beben media copa de vino rosado y ya. Y, verás, soy una persona que moja el pan en aceite, de hecho pido más pan para la mantequilla, y tengo una alta probabilidad de beber más de una copa de vino. El cable de mi portátil anda medio partido, tengo una guía de restaurantes pero te diría que casi la misma que la de los bares de barra plateada, reluciente y mojada de cerveza ajena. Además ellas no sudan y no se ponen rojas cuando hacen deporte y yo sí. Somos especies distintas.

Estas chicas, fantásticas, ahora han llenado internet de trends en los que, SORPRESA, sus novios también son perfectos. De hecho veo vídeos en los que bromean con que sus novios son como un chat gpt: les traen flores, preparan citas románticas perfectas, les hacen fotos buenas, se visten como ellas (no como ellas pero sí como ellas, me entiendes), se adelantan a sus necesidades, reservan en el restaurante, leche de avena lista en la despensa para cuando se termine la de la nevera, tienen respuesta a todo, solución a cualquier problema y una peli preparada en la manta de cashmere. Son una máquina perfecta de la noviedad. 

*trago saliva*

Me aburro de verlo, y no me aburro porque necesite la adrenalina de que las cosas vayan mal, sino porque no hay nada más aburrido que un coche que marcha por la autopista a velocidad crucero y en línea recta. ¿Quién querría a una máquina frente a un torpe y divertido humano? No quiero a alguien que cumpla todos los requisitos, porque sería sencillamente insoportable. No quiero convertirme en una persona frente a otra tachando componentes de una lista de la compra. Calabacín, ojos marrones, pan de molde, simpático siempre, fresas, guapísimo, yogur, tres idiomas, cereales, reserva siempre él, mermelada, pensamos lo mismo en todo, huevos, me encanta como viste. 

*entorno los ojos para arriba en señal de hartazgo*

Otro ejemplo fue el bueno de Raúl, que quiso usar chat gpt para poner un bonito mensaje a su novia y lo pegó mal:

Raúl, a la próxima te esmeras que prefiero que pongas mal las comas y las hayas puesto tú de corazón. Pero aún así, apoyo tu imperfección, la cagaste copiando y pegando. Fuiste humano, menos mal.

*Raúl me da risa y ternura por su humanidad*

Si tuviese que creer en algo, me agarraría a una fe ciega en las aristas y en las contradicciones: quiero que la cagues y quiero también cagarla yo. Con un compromiso por cuidarnos pero abrazando nuestro margen de error. Que me dejen aquí cocinando mal y combinando nuestros talentos. Yo pongo música y un bol de patatas a la situación, mientras tu haces ese plato que viste en una receta de tik tok pero que me has dicho que era de tu abuela por darle más épica al tema.

Dejemos a la tecnología ser cuasiperfecta y dediquémonos a nuestra tarea más humana: probar a hacer cosas con cariño e intención y equivocarnos por el camino. Riámonos de nuestra torpeza. Seamos torpes. No desearía por nada del mundo un novio perfecto. ¿Cómo que perfecto? Perfecta es una línea, un cristal impoluto en una copa que no se usa o en una ventana que no se abre, perfecta es la proporción áurea, perfecta es, también, una idea no llevada jamás a cabo. 

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Estas chicas, fantásticas, ahora han llenado internet de trends en los que, SORPRESA, sus novios también son perfectos. De hecho veo vídeos en los que bromean con que sus novios son como un chat gpt: les traen flores, preparan citas románticas perfectas, les hacen fotos buenas, se visten como ellas (no como ellas pero sí como ellas, me entiendes), se adelantan a sus necesidades, reservan en el restaurante, leche de avena lista en la despensa para cuando se termine la de la nevera, tienen respuesta a todo, solución a cualquier problema y una peli preparada en la manta de cashmere. Son una máquina perfecta de la noviedad. 

*trago saliva*

Me aburro de verlo, y no me aburro porque necesite la adrenalina de que las cosas vayan mal, sino porque no hay nada más aburrido que un coche que marcha por la autopista a velocidad crucero y en línea recta. ¿Quién querría a una máquina frente a un torpe y divertido humano? No quiero a alguien que cumpla todos los requisitos, porque sería sencillamente insoportable. No quiero convertirme en una persona frente a otra tachando componentes de una lista de la compra. Calabacín, ojos marrones, pan de molde, simpático siempre, fresas, guapísimo, yogur, tres idiomas, cereales, reserva siempre él, mermelada, pensamos lo mismo en todo, huevos, me encanta como viste. 

*entorno los ojos para arriba en señal de hartazgo*

Otro ejemplo fue el bueno de Raúl, que quiso usar chat gpt para poner un bonito mensaje a su novia y lo pegó mal:

Raúl, a la próxima te esmeras que prefiero que pongas mal las comas y las hayas puesto tú de corazón. Pero aún así, apoyo tu imperfección, la cagaste copiando y pegando. Fuiste humano, menos mal.

*Raúl me da risa y ternura por su humanidad*

Si tuviese que creer en algo, me agarraría a una fe ciega en las aristas y en las contradicciones: quiero que la cagues y quiero también cagarla yo. Con un compromiso por cuidarnos pero abrazando nuestro margen de error. Que me dejen aquí cocinando mal y combinando nuestros talentos. Yo pongo música y un bol de patatas a la situación, mientras tu haces ese plato que viste en una receta de tik tok pero que me has dicho que era de tu abuela por darle más épica al tema.

Dejemos a la tecnología ser cuasiperfecta y dediquémonos a nuestra tarea más humana: probar a hacer cosas con cariño e intención y equivocarnos por el camino. Riámonos de nuestra torpeza. Seamos torpes. No desearía por nada del mundo un novio perfecto. ¿Cómo que perfecto? Perfecta es una línea, un cristal impoluto en una copa que no se usa o en una ventana que no se abre, perfecta es la proporción áurea, perfecta es, también, una idea no llevada jamás a cabo. 

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