Tesis sobre el concepto de la Anti-Novela

Una anti-novela bajo las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin

TESIS I: TEOLOGÍA DE LA NOVELA

“Un sistema de espejos provoca la ilusión de que esta mesa es transparente por todos sus lados. En realidad, dentro había un enano jorobado que era un maestro en el juego del ajedrez y que guiaba, mediante hilos, las manos del muñeco.”

Es sabido que, en la Historia, un muñeco autómata siempre gana la partida de ajedrez. Para ello es necesario que otros la pierdan. El retorno edénico, el jardín original de la justicia pura, todavía sin Ley, sería una partida de ajedrez en la que ambos contendientes vencen. Una partida de ajedrez incoherente, pues la justicia pura no se somete a las leyes degradadas del raciocinio humano. El autómata, debe saberse también, está dirigido secretamente por un duende inmundo que es un maestro infalible en el juego. Este desagradable espécimen, que permanece oculto -y debe permanecer así-, es la sintaxis. El sentido último al que llegaremos en un regreso al origen donde el lenguaje es puro y habla todas las lenguas, a la vez y mestizadas, quebradas, y admite la incoherencia de una partida de ajedrez donde ambos ganan. Ese lenguaje incoherente para el raciocinio limitado del humano de hoy debe ser el lenguaje del futuro edénico. La partida de ajedrez conocida, con vencedores y vencidos, que es la Historia, es sustituida por una partida de justicia ideal donde ambas partes ganan, los perdedores vencen también, sin derrotar. Si el ajedrez conocido es la Historia, el ajedrez desconocido es la historia, la novela imposible que debemos escribir: la anti-novela. Esta anti-novela se funda entonces como una vislumbre, una profecía incompleta de lo que será o sería el pasado final, ese lugar divino original al que nos encaminamos a ciegas. Como esta anti-novela habla un lenguaje puro de mestizajes, que es todos a la vez y distinto, no se entiende bien lo que dice. Como funda un mundo de incoherencias posibles desde un mundo de coherencias obligadas, resulta contradictoria e ilógica -tan inmunda o más que el duende infalible, ¿cómo si no podría enfrentarlo? Sería así un juego ideal, como el de Alicia en su país de maravillas, cuyas normas devienen en el propio jugar y cambian en cada lance, que redime a los perdedores, porque ya no los hay, solo juego ideal. Igual que la Historia redimida (el pasado) solo la puede conocer el materialismo dialéctico, la historia redimida (el futuro) solo la puede conocer la contradicción, la ruptura del discurso. Como dice Fitzgerald en el Crack-up (Fitzgerald, 1936) “la prueba de una inteligencia de primera clase es la capacidad para retener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo”. La sintaxis del futuro nos abre la puerta a la incoherencia. Este es el lugar de la anti-novela, su autodestrucción.

TESIS II: LO QUE DECIMOS DEL PRESENTE HABLANDO DEL PASADO

“Nos ha sido dada una débil fuerza mesiánica sobre la que el pasado tiene sus derechos”

La anti-novela debe escribir el futuro para redimir el pasado. Pero el pasado no se puede escribir, el pasado está escrito. Cuando se escribe ya es presente, y siendo así no se puede escribir nada que no sea escritura del presente. Como el que leyendo a otro está leyendose, la anti-novela que escribe sobre los tiempos pasados, interpela a su tiempo con el ejemplo de sucesos ya ocurridos, y la ideología del paso del tiempo -el tema es siempre el hoy. El hoy que redime a los muertos es el futuro, y sobre este hoy los muertos tienen sus derechos.

TESIS III: EL VALOR DEL SUCESO MÍNIMO

“El cronista que narra acontecimientos sin distinguir entre grandes y pequeños da cuenta de una verdad: nada que una vez haya acontecido ha de darse por perdido para la historia”

El pasado es, sin embargo, un don o un regalo que debemos merecer, no es nuestro, no tenemos su dominio ni podemos disponer de él para hacer lo que se nos antoja. Solo se le da el pasado a quien sabe que no es de su propiedad, al que en su uso alberga la esperanza de la redención del ayer, y no la del aprovechamiento o la ventaja para el mañana -pues el mañana es lo contrario del futuro, el mañana es la utilización del pasado para intereses presentes. Solo la anti-novela que escucha la Historia que no se quiere contar, cuenta de verdad una historia. Arlt lo sabe y dice en Los siete locos: “claro, los novelistas no han escrito nunca sobre esto” (Arlt, 1929).  Las novelas repiten fórmulas prefabricadas para el comercio del entretenimiento o perpetúan discursos ya cerrados para el gusto de quienes vencieron ya. Solo la mirada de lo otro, de lo que se calla, de lo indecible, merece ser dicho, gastar tiempo, cultivar la literatura en vez de los actos, escribir de nuevo, ya no novelas, sino anti-novelas, sean lo que sean estas.

TESIS IV: LA HISTORIA ES DE LAS COSAS

“Una lucha por las cosas ásperas y materiales, sin las cuales no existirían las espirituales”

Lo elevado se construye en la pugna por lo banal, lo sucio, lo vulgar, lo cotidiano. Lo necesario restalla lo trascendente. La trascendencia debe emanar del objeto o del ejemplo, la escena, pero el narrador construye, moldea y presenta el objeto, la cosa, no la trascendencia en sí -pues la nada no trasciende, sino la cosa. El narrador que olvida esto dice nada, pues nada se puede decir si no es sobre cosas, no hay historia que no sea de las cosas.

TESIS V: EL SACRIFICIO DEL PASADO POR NOSOTROS

“…la verdadera imagen del pasado se escabulle con presteza.”

Así el pasado habla del presente, y no al revés, pues solo del presente se puede estar hablando cuando es un hecho que se habla en el presente. Hacer el esfuerzo de hablar sobre el presente y representarlo agudamente es absurdo por ineludible; como lo es intentar hablar del pasado sin el condicionamiento del presente por imposible. El mero hecho de intentar hacer cognoscible el pasado lo hace desaparecer. Es una imagen que relampaguea. Fijarla o retenerla equivale a eliminarla o cambiarla, ya es otra imagen, no la del pasado, sino la que se quiere. La imagen del pasado verdadera no es captable por nuestros ojos degradados, llenos de presente. Pero ese pasado mudo, o sordo, del que nada se dice y solo puede observar, no debe derrotarnos, al contrario, es un pasado que muere por nosotros, como un Salvadore, para que podamos hacer algo en el hoy, transformar algo del hoy. El pasado degradándose se eleva, como la gracia de Simone Weil que asciende cayendo, como un trapo que recoge la grasa y se ensucia para limpiar. Sólo no mirar, no atender a ese pasado traído al presente, arrastrado hasta el hoy por el narrador atento, para transformarnos y transformar nuestro presente, sólo no ser la humanidad redimida capaz de mirar y soportar el horror, sólo no entender que el pasado se sacrifica a cada instante por nosotros, sólo querer usarlo debería derrotarnos. Sólo entonces la derrota será eterna y de todos, nosotros y todos los que vinieron antes y hacia atrás hasta el fin de los tiempos.

TESIS VI: EL ENEMIGO VENCE EN EL PASADO, ALLÍ OCURRE LA BATALLA

“…tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando este venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer.”

 

El recuerdo es un lugar de batalla. Apoderarse de él para la historia es también acercarse al peligro. Construir la imagen del instante en que ocurre el instante es la tarea del narrador. Es una imagen confusa. En ruinas. Es una tarea peligrosa, tanto para el ejecutor, como para el objeto fijado, como para los receptores de la imagen. Requiere valor enfrentar la imagen de la barbarie. La forma de revertir la barbarie intrínseca a todo objeto de cultura es dar testimonio de la barbarie que supone la propia existencia, la propia vivencia y la propia creación de este objeto de cultura. La historia que se debe contar es una redención de la Historia. Y quien use en su interés el gesto redentor será cruelmente consagrado como monumento hoy. Pero solo hoy, de nada sirven esos programas para el mañana, el Ángel de la Historia mira hacia atrás y es allí donde las cosas están -aunque en ruinas-, donde las cosas fueron -y seguirán siendo.

TESIS VII: POR UNA HISTORIA INCOHERENTE

“Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea también de barbarie”

Lo que ocurre después de un acontecimiento no tiene nada que ver con él. No hay causalidad programada y por lo tanto ese acontecimiento posterior nada dice del anterior. Es al revés, el antiguo, el mayor el que habla al más joven. Eso sí, habla para quien le escuche. La Historia de los vencedores, está escrita y tiene sentido, es poder, se entiende. La palabra rota, el fragmento, queda como resto para los vencidos, fugaz, oral, impreciso e incoherente. Adueñémonos de esa palabra, martillo poderoso, que es el sinsentido honesto frente al poder coherente. La incoherencia expresiva y múltiple de la experiencia frente al discurso dirigido y único de la Historia -y que ha sido tantos y tan distintos según la época, con un único elemento común: imponerse, ser coherente, y único. El pasado frente al mañana. Lo real frente a la verdad. Escribir los fragmentos, la anti-novela. Abandonar la autoría, originalidad, la genialidad única. Recuperar el espíritu del escriba, que toma nota de un tiempo oído sin orden ni sentidos, que mira y no es su tarea darle una coherencia. El copista que copia un mundo lleno de relatos y mentiras, y así queda fijado por su mano, no por su mente, el hoy. Es la mano la que escribe, la que crea; la voz la que habla, la voz de los callados.

TESIS VIII: LA REGRESIÓN COMO ASCENSO

“La tradición de los oprimidos nos enseña que el “estado de excepción” es la regla”

La anti-novela crea así el espacio de la violencia pura, la violencia expresión del espíritu, y no la violencia instrumental, que sirve -ya sea para revertir la ley, ya sea para perpetuarla. La novela rechaza una violencia dialéctica por una violencia expresiva, una coherente por una sin sentido, una articulada desde el poder por una destructiva sin ofrecer alternativa, puro dolor. La violencia pura es la que desordena, la función de la anti-novela es, entonces, desordenar; aquella novela nueva que tras el desorden reordena es una nueva Ley, refrescante, pero Ley: violencia instrumental, sentido único, útil, discurso hacia el mañana, dirección.

TESIS IX: EL INSTANTE

“Allí donde nosotros vemos encadenamiento de hechos, él ve una única catástrofe que acumula incesantemente una ruina tras otra, arrojándolas a sus pies”.

Escribamos como el Ángel de la historia, mirando al pasado, de espaldas al mañana, camino hacia el futuro. No olvidemos que la tempestad nos empuja, el camino será, solo decidimos sobre la mirada. Hay un cuadro de Goya que se titula Perro semihundido. En él se representa un perro que asoma la cabeza entre la inmensidad y mira compasivo la nada. Sus ojos contemplan derrotados la luz que llega de afuera. Esa luz puede ser la que se cuela por la puerta de Ante la ley en Kafka, la luz que refleja a quien no es admitido aunque la puerta es para él; o puede ser la luz que emana del Niñe Salvadore, que viene a rescatar al perro, que viene solo a jugar y mira con compasión, sin saber tampoco de qué o quién nos salva el Salvador, al que nadie ve. La inmensidad en que se hunde el perro y la inmensidad sobre su cabeza a la que, entendemos, pretende escapar se confunden, son un mismo tono. Así tampoco sabemos si el perro alza su cabeza hacia el cielo o la hunde más en la tierra informe. No sabemos si escapa o perece. Un tiempo absoluto en ningún lugar completa la escena. De cualquier forma no avanza, pero tampoco retrocede, es, y mira. La imagen de la angustia sin sentido, sin emoción y sin explicación. Pura expresión. El instante. Lo demás en el cuadro es silencio y ruina. La escena adopta un nuevo significado, o incluso varios, en cada nueva mirada. Infinitos sentidos que se multiplican y se contradicen. Cambio perpetuo, multiplicidad estática. Y siempre habla directamente al presente, pues la angustia es la emoción del hoy -sea cual sea. Un perro que se hunde o se eleva en ninguna parte y siempre. No importa qué mira el perro, el sentido de su angustia; sino cómo mira. Esta es la escena de la anti-novela. El narrador sin escenario escribe sobre lo que desapareció y sigue allí, sobre el sinsentido. Escribe la ruina, no pretende reconstruirla. Un gesto sí es fijo, irrenunciable: la mirada compasiva del perro semihundido.

TESIS X: EL BIEN ES COMPLACIENTE

“Los temas de la meditación que la regla monástica señalaba a los hermanos tenía por objeto prevenirlos contra el mundo y su trajín”

Evitar el trajín del mundo en la narración para no tener que enfrentar el conflicto de su representación, su sinsentido y su dolor, no mirar atrás por el miedo a expresar el horror, sería abdicar y no poner comas para no enfrentar la complejidad de ciertas decisiones sintácticas. Enfrentar el pensamiento único no pensando demasiado sería una solución de esta misma naturaleza. Escribir bien un relato, sin malas ideas, ni intención de dañar para contraponerlo a la panfletaria novela que dirige la narración y el pensamiento en dirección única, otra excusa.

TESIS XI: SEÑALAR LA FALLA Y CALLAR

“Nada ha corrompido más a los obreros alemanes que la opinión de que estaban nadando con la corriente”

La anti-novela debe señalar el conflicto, encontrar qué queda fuera del discurso, o quién, pues siempre algo o alguien queda fuera cuando todo cierra. Hablar de algo ya sabido es perpetuar el mundo que ya conocemos. Cuando pensemos que todes estamos dentro estamos perdidos, habremos olvidado finalmente y para siempre a ese otre que quedó afuera. Y de allí no se vuelve. La función de la novela es perpetuar el mejor consenso posible; la función de la anti-novela es señalar la contradicción, el error, la grieta que se escapa en la retórica que parece recoger el conjunto, que parece resolver la Historia y la Ley, donde todos nadamos a favor de corriente. La tarea del novelista es señalar el camino, la tarea del fragmentarista es encontrar la falla por la que caen los olvidados en la antinomia dialéctica que cierra en síntesis, dicen, perfectamente el círculo albergando incluso el conflicto. Piglia se da cuenta de que Chéjov tenía siempre en su mente esa grieta donde nace la historia. En Formas breves (Piglia, 1989) dice “En uno de sus cuadernos de notas Chéjov registra esta anécdota: «Un hombre, en Montecarlo, va al Casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida.»”. Siempre hay una grieta por la que caen los que no se nombran, los que quedan sin nombre. Señalar la falla, mirar al abismo y poner una luz ahí donde se pierde el sentido, ahí donde la imagen es insoportable. Encontrar la falla, señalarla y callar es el gesto del fragmento. Más importante aún que encontrar la falla es callar. Callar ante el nuevo abismo, pues si se resuelve este queda sellado, el conjunto vuelve a cerrar, y nada queda por hacer o decir. Mirar de frente al horror, señalarlo y callar ante la incoherencia, ante la expresión incomprensible que muestra lo que no puede resolverse. Abrir el conflicto y no cerrarlo, dar voz, rechazar siempre el discurso. La voz frente al discurso, el fragmento frente al discurso, es quizá la tarea más compleja y más necesaria de la anti-novela. Crear o fabricar un objeto de barbarie que al menos dé cuenta de la barbarie. Si al final del relato todo cierra y hemos sabido recuperar a los caídos y cerrar la grieta y todos estamos de nuevo a salvo, hemos dado respuesta a lo que faltaba, todos más tranquilos y qué reconfortante resulta. Pero una mente tranquila es una mente que no piensa, una mente que no cambia y consigue olvidar que siempre quedó alguien fuera. Una respuesta al abismo es un discurso, una verdad buena, una novela.

TESIS XII: EN NOMBRE DEL PASADO

“La clase desaprendió en esta escuela tanto el odio como el sacrificio, ya que ambos se alimentan de la imagen de los antecesores esclavizados, no del ideal de los nietos liberados”

El futuro, que es un presente eterno, se construye en nombre del pasado, en la reconstrucción del pasado. El futuro está atrás y hacia allí debemos caminar. Soñar un futuro que no se parezca al sueño de un pasado diferente, equivale a la falacia de perfección que propone el progreso, donde el ideal es posible desmemoriándonos en nombre del mañana.

TESIS XIII: EL PROGRESO: UN MAÑANA FELIZ

“La crítica a la representación de dicho avance debe constituir la base de la crítica a tal representación del progreso”

La novela que señala las incoherencias y después las resuelve ofrece una posibilidad socialdemócrata, una posibilidad respetuosa de progreso: un mañana feliz. Dice cómo, y así seguimos mejorando, progresando, una y otra vez, con cada nueva novela crítica y sus nuevas soluciones. Pero el progreso tiene un discurso, adelanta lo que va a pasar mañana, como un vidente, como un líder espiritual, falaz e interesado. La novela no tiene derecho a decir cómo, no puede decir qué va a ser ni cómo resolver lo que es para que así sea. Pues el discurso es dogma, un camino hacia el mañana pavimentado con barbarie. Solo señalar. Señalar la cosa, la cosa que ya ha sido. La que será aún no es cosa y señalarla es un juego de prestidigitación tramposo. Nos hace ver lo que no hay, y lo peor, nos pretende convencer de que sí lo hay, de cómo llegar, sigámosles. La anti-novela debe destruirse para destruir, no para plantar nuevos rascacielos, por acogedores y sostenibles que estos sean. Solo destruir destruyéndose. No es función de la anti-novela otra cosa. Y no hay mayor destrucción que la incoherencia. Romper la lógica, reventar el razonamiento, mostrar la realidad que no cierra, la dialéctica negativa, vacío que destruye y deberá destruir también estas tesis y este programa, para que no cierre.

TESIS XIV: LA META ES EL ORIGEN

“…un salto de tigre al pasado”

Ahora bien, no olvidemos que tampoco existe tal cosa que el ayer. No se puede avanzar hacia adelante, pero tampoco retroceder al recuerdo. Solo hay un tiempo y está colmado de presente. El pasado es un símbolo, una representación presente que sirve como herramienta para el hoy; el futuro, una amenaza, un enemigo que deberemos enfrentar y habitar. Pero haber, solo hay presente. Un presente fugaz, insostenible, que nos zarandea, todo presente infinito. Ese es nuestro tiempo. La voz, que es lo más nuestro, solo existe hecha de presente. Solo se habla ahora, otra cosa son ilusiones fabricadas de un aroma embriagador de recuerdos o sueños. Solo se habla en, desde, para y hacia el presente. Un presente que salta como un tigre y hace volar por los aires lo oculto y trae el pasado para que el futuro sea un pasado otro al de las ruinas, presente, fragmento, mirada, gesto, incoherencia, compasión: “Ruinas esparcidas gris ceniza alrededor refugio cierto por fin sin salida. Jamás sino en sueño el sueño hermoso no tener más de un tiempo que hacer.” (Beckett, 1969).

TESIS XV: LA NOVELA DEBE REVENTAR EL ENGRANAJE

“…ocurrió que, en varios sitios de París, en acciones independientes y simultáneas, se disparó sobre los relojes de las torres”

Hacer saltar por los aires la continuidad lógica de la Historia es propio, lo que debe hacer la anti-novela. Una novela que tira piedras contra los relojes, no porque eso pare el tiempo, sino porque demuestra su otra naturaleza no impuesta, no lineal. Que hay un tiempo de los relojes rotos, que no avanza, que hablan en un presente total y eterno, que no ha dejado de pasar.

TESIS XVI: LA MIRADA CONVIERTE EL PASADO EN PRESENTE

“un presente que no es transición, sino que lleva dentro el tiempo detenido”

La mirada, que es única, es la materia de la anti-novela pues hace único y distinto cada instante y cada cosa, no ensamblaje de una cadena, fragmentos quebrados de materia necesaria que se des-articulan en su inconexión. La mirada opera el instante y la vida particular de cada instante y quien lo habita. Expresa sin explicar, sin dar sentido. La mirada que trabaja lo difuso, lo intenso, lo incontenible e inconcretable, que se derrama y no cierra, que se expande y se contradice, la mirada que detiene el tiempo en el presente absoluto de la propia mirada, que no acepta discurso que explique o resuelva el conflicto de la cosa que es en sí misma el hecho de la mirada, la mirada como recuerdo del mirar que se presentifica por su propia intensidad y expresividad, que no es relato del pasado sino presentización del hecho pasado, mirado, pero que sigue siendo presente en el tiempo absoluto de lo visto, el tiempo detenido en el mirar, y que en el mirar es compasión. La anti-novela de-construye el espacio de ese tiempo detenido en la mirada, que es siempre presente y no pasa, no queda atrás, si alguien lo mira. El narrador es voz de otro a través de su mirada para que los demás escuchen, nada más. Pero su tarea no es simple, su técnica es una artesanía que debe sublimar el tiempo y construir una figura, gesto, compasión, cosa, fragmento que no responde a las dimensiones conocidas, hablar un lenguaje que no conoce ninguna lengua y es todas mestizadas. Expresar la mirada del instante en esa multiplicidad e intensidad que escapa al entendimiento humano es lo que llamamos literatura, en este caso, anti-novela.

TESIS XVII: UN LENGUAJE CON LA FORMA DEL ABISMO

“La percibe (la mónada) para hacer que una determinada época salte por fuera del curso homogéneo de la historia”

Igual que el historicismo culmina en la Historia Universal, la novela discursiva culmina con la pretensión decimonónica abarcar el absoluto: la Gran Novela Realista. La comedia humana de Balzac o Los episodios nacionales de Galdós, son admirables pretensiones de reflejar el todo, también lo oculto, pero en su explicación, en su pretensión de contenerlo y entenderlo totalmente cometen un pecado mayor, no el de dejar a alguien fuera sino el de creer que nadie queda fuera, que no falta ningune. Ese es el terror del bienintencionado pero falso Salvador de las contradicciones y las incoherencias. La justicia no es el bien, es el tode, y del tode solo se puede decir que no se abarca. La mónada es (también) el objeto de la anti-novela, pues de algo debe estar hecha, pero se debe reconocer que no se alcanza, que solo se pretende. Una vez frente al abismo se debe liberar al lenguaje, es tarea del narrador liberarlo, ahí reside la dificultad técnica. Hablar un lenguaje que tenga la forma del abismo, que no responde a los surcos ya trazados de la superficie. Lorca sabe que la “poesía es la unión de dos palabras que no debían encontrarse”. Es un lenguaje que salta por los aires, o salta al abismo, y tiene su forma y su color, su inexplicabilidad. ¿Por qué hay abismo? ¿Por qué hay allí abajo gente olvidada? El lenguaje debe tomar el sinsentido de la pregunta, no responderla acertadamente.

TESIS XVIII: EL TAMAÑO DE NUESTRA INSIGNIFICANCIA

“El tiempo presente (Jetztzeit), que como modelo del tiempo mesiánico resume en una abreviatura enorme la historia de toda la humanidad, coincide milimétricamente con la figura que dicha historia compone en el universo”

Después de todo, si algún argumento le quedara al sentido (la Historia) para defenderse frente a la expresión inexplicable de la mirada (la historia), este caerá al compararse la magnitud de la Historia respecto del cosmos: si el Universo comenzó hace un día, la Historia comenzó en el último quinto del último segundo de la última hora de ese día.

FRAGMENTO A: HUECOS EN VEZ DE NEXOS

“…las astillas que han salido despedidas del tiempo mesiánico”

Es materia de la anti-novela, no la conexión de unos hechos con otros, sino el vacío de los huecos que quedan entre ellos, la mirada compasiva del hecho desde el hueco.

FRAGMENTO B: EL NARRADOR ES UN PROFETA HUMILDE

“…cada segundo era en él la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías”

El narrador habla su mirada guiado por el duende inmundo de la sintaxis. Este juega una partida de ajedrez en la que siempre vence, pero vence sin derrotar a nadie ya que eso es posible en la anti-novela. El fragmentarista es un profeta humilde que canta los susurros del duende al que no entiende, que habla de la llegada de un Niñe Salvadore que viene a solo jugar y mira con compasión, de la vuelta al no-tiempo y el no-espacio edénicos en donde los dos jugadores, vencedores y vencidos, pueden ganar la partida final, donde un lenguaje puro de mestizajes recoge la coherencia del sinsentido, la lógica de la contradicción.

Madrid, 14 de febrero de 2021

BIBLIOGRAFÍA

Benjamin, Walter. “Tesis sobre filosofía de la historia” (1940. En Iluminaciones I. Madrid: Taurus, 1973, pp. 175-194.

Benjamin, Walter. “Sobre el lenguaje en general y el lenguaje de los hombres” (1916). En Para una crítica de la violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV. Madrid: Taurus, pp. 59-74.

Benjamin, Walter. “Crítica de la violencia” (1921). En Para una crítica de la violencia y otro ensayos, Iluminaciones IV. Madrid: Taurus, 1988.

Benjamin, Walter. “El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nikolái Leskov” (1936). En El Narrador. Introducción, traducción, notas e índices de Pablo Oyarzún R. Santiago de Chile: Ediciones Metales Pesados, 2008

Benjamin, Walter. Libro de los pasajes (1983). Madrid: Akal, 2005.

Deleuze, Gilles. “Sobre el juego ideal”. En Lógica del sentido (1969). Madrid: Planeta de Agostini, 1994.

Weil, Simone. La gravedad y la gracia (1947). Madrid: Trotta, 2007.

Piglia, Ricardo. “Tesis sobre el cuento” (1986). En Formas breves. Barcelona: Anagrama, 2000.

Kafka, Franz. “Ante la ley” (1915). En Cuentos completos. Madrid: Valdemar, 2017.

Beckett, Samuel. “Sin” (1969). En Relatos. Barcelona: Tusquets, 2009.

Fitzgerald, Francis Scott. “El crack-up” (1936). En El crack-up: La grieta. Buenos Aires: Bruguera, 1983.

García Lorca, Federico. Palabra de Lorca. Declaraciones y entrevistas completas. Barcelona: Malpaso, 2017

Arlt, Roberto. Los siete locos (1929). En Novelas completas. Buenos Aires: Losada, 2007.

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Tesis sobre el concepto de la Anti-Novela

Una anti-novela bajo las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin

TESIS I: TEOLOGÍA DE LA NOVELA

“Un sistema de espejos provoca la ilusión de que esta mesa es transparente por todos sus lados. En realidad, dentro había un enano jorobado que era un maestro en el juego del ajedrez y que guiaba, mediante hilos, las manos del muñeco.”

Es sabido que, en la Historia, un muñeco autómata siempre gana la partida de ajedrez. Para ello es necesario que otros la pierdan. El retorno edénico, el jardín original de la justicia pura, todavía sin Ley, sería una partida de ajedrez en la que ambos contendientes vencen. Una partida de ajedrez incoherente, pues la justicia pura no se somete a las leyes degradadas del raciocinio humano. El autómata, debe saberse también, está dirigido secretamente por un duende inmundo que es un maestro infalible en el juego. Este desagradable espécimen, que permanece oculto -y debe permanecer así-, es la sintaxis. El sentido último al que llegaremos en un regreso al origen donde el lenguaje es puro y habla todas las lenguas, a la vez y mestizadas, quebradas, y admite la incoherencia de una partida de ajedrez donde ambos ganan. Ese lenguaje incoherente para el raciocinio limitado del humano de hoy debe ser el lenguaje del futuro edénico. La partida de ajedrez conocida, con vencedores y vencidos, que es la Historia, es sustituida por una partida de justicia ideal donde ambas partes ganan, los perdedores vencen también, sin derrotar. Si el ajedrez conocido es la Historia, el ajedrez desconocido es la historia, la novela imposible que debemos escribir: la anti-novela. Esta anti-novela se funda entonces como una vislumbre, una profecía incompleta de lo que será o sería el pasado final, ese lugar divino original al que nos encaminamos a ciegas. Como esta anti-novela habla un lenguaje puro de mestizajes, que es todos a la vez y distinto, no se entiende bien lo que dice. Como funda un mundo de incoherencias posibles desde un mundo de coherencias obligadas, resulta contradictoria e ilógica -tan inmunda o más que el duende infalible, ¿cómo si no podría enfrentarlo? Sería así un juego ideal, como el de Alicia en su país de maravillas, cuyas normas devienen en el propio jugar y cambian en cada lance, que redime a los perdedores, porque ya no los hay, solo juego ideal. Igual que la Historia redimida (el pasado) solo la puede conocer el materialismo dialéctico, la historia redimida (el futuro) solo la puede conocer la contradicción, la ruptura del discurso. Como dice Fitzgerald en el Crack-up (Fitzgerald, 1936) “la prueba de una inteligencia de primera clase es la capacidad para retener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo”. La sintaxis del futuro nos abre la puerta a la incoherencia. Este es el lugar de la anti-novela, su autodestrucción.

TESIS II: LO QUE DECIMOS DEL PRESENTE HABLANDO DEL PASADO

“Nos ha sido dada una débil fuerza mesiánica sobre la que el pasado tiene sus derechos”

La anti-novela debe escribir el futuro para redimir el pasado. Pero el pasado no se puede escribir, el pasado está escrito. Cuando se escribe ya es presente, y siendo así no se puede escribir nada que no sea escritura del presente. Como el que leyendo a otro está leyendose, la anti-novela que escribe sobre los tiempos pasados, interpela a su tiempo con el ejemplo de sucesos ya ocurridos, y la ideología del paso del tiempo -el tema es siempre el hoy. El hoy que redime a los muertos es el futuro, y sobre este hoy los muertos tienen sus derechos.

TESIS III: EL VALOR DEL SUCESO MÍNIMO

“El cronista que narra acontecimientos sin distinguir entre grandes y pequeños da cuenta de una verdad: nada que una vez haya acontecido ha de darse por perdido para la historia”

El pasado es, sin embargo, un don o un regalo que debemos merecer, no es nuestro, no tenemos su dominio ni podemos disponer de él para hacer lo que se nos antoja. Solo se le da el pasado a quien sabe que no es de su propiedad, al que en su uso alberga la esperanza de la redención del ayer, y no la del aprovechamiento o la ventaja para el mañana -pues el mañana es lo contrario del futuro, el mañana es la utilización del pasado para intereses presentes. Solo la anti-novela que escucha la Historia que no se quiere contar, cuenta de verdad una historia. Arlt lo sabe y dice en Los siete locos: “claro, los novelistas no han escrito nunca sobre esto” (Arlt, 1929).  Las novelas repiten fórmulas prefabricadas para el comercio del entretenimiento o perpetúan discursos ya cerrados para el gusto de quienes vencieron ya. Solo la mirada de lo otro, de lo que se calla, de lo indecible, merece ser dicho, gastar tiempo, cultivar la literatura en vez de los actos, escribir de nuevo, ya no novelas, sino anti-novelas, sean lo que sean estas.

TESIS IV: LA HISTORIA ES DE LAS COSAS

“Una lucha por las cosas ásperas y materiales, sin las cuales no existirían las espirituales”

Lo elevado se construye en la pugna por lo banal, lo sucio, lo vulgar, lo cotidiano. Lo necesario restalla lo trascendente. La trascendencia debe emanar del objeto o del ejemplo, la escena, pero el narrador construye, moldea y presenta el objeto, la cosa, no la trascendencia en sí -pues la nada no trasciende, sino la cosa. El narrador que olvida esto dice nada, pues nada se puede decir si no es sobre cosas, no hay historia que no sea de las cosas.

TESIS V: EL SACRIFICIO DEL PASADO POR NOSOTROS

“…la verdadera imagen del pasado se escabulle con presteza.”

Así el pasado habla del presente, y no al revés, pues solo del presente se puede estar hablando cuando es un hecho que se habla en el presente. Hacer el esfuerzo de hablar sobre el presente y representarlo agudamente es absurdo por ineludible; como lo es intentar hablar del pasado sin el condicionamiento del presente por imposible. El mero hecho de intentar hacer cognoscible el pasado lo hace desaparecer. Es una imagen que relampaguea. Fijarla o retenerla equivale a eliminarla o cambiarla, ya es otra imagen, no la del pasado, sino la que se quiere. La imagen del pasado verdadera no es captable por nuestros ojos degradados, llenos de presente. Pero ese pasado mudo, o sordo, del que nada se dice y solo puede observar, no debe derrotarnos, al contrario, es un pasado que muere por nosotros, como un Salvadore, para que podamos hacer algo en el hoy, transformar algo del hoy. El pasado degradándose se eleva, como la gracia de Simone Weil que asciende cayendo, como un trapo que recoge la grasa y se ensucia para limpiar. Sólo no mirar, no atender a ese pasado traído al presente, arrastrado hasta el hoy por el narrador atento, para transformarnos y transformar nuestro presente, sólo no ser la humanidad redimida capaz de mirar y soportar el horror, sólo no entender que el pasado se sacrifica a cada instante por nosotros, sólo querer usarlo debería derrotarnos. Sólo entonces la derrota será eterna y de todos, nosotros y todos los que vinieron antes y hacia atrás hasta el fin de los tiempos.

TESIS VI: EL ENEMIGO VENCE EN EL PASADO, ALLÍ OCURRE LA BATALLA

“…tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando este venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer.”

 

El recuerdo es un lugar de batalla. Apoderarse de él para la historia es también acercarse al peligro. Construir la imagen del instante en que ocurre el instante es la tarea del narrador. Es una imagen confusa. En ruinas. Es una tarea peligrosa, tanto para el ejecutor, como para el objeto fijado, como para los receptores de la imagen. Requiere valor enfrentar la imagen de la barbarie. La forma de revertir la barbarie intrínseca a todo objeto de cultura es dar testimonio de la barbarie que supone la propia existencia, la propia vivencia y la propia creación de este objeto de cultura. La historia que se debe contar es una redención de la Historia. Y quien use en su interés el gesto redentor será cruelmente consagrado como monumento hoy. Pero solo hoy, de nada sirven esos programas para el mañana, el Ángel de la Historia mira hacia atrás y es allí donde las cosas están -aunque en ruinas-, donde las cosas fueron -y seguirán siendo.

TESIS VII: POR UNA HISTORIA INCOHERENTE

“Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea también de barbarie”

Lo que ocurre después de un acontecimiento no tiene nada que ver con él. No hay causalidad programada y por lo tanto ese acontecimiento posterior nada dice del anterior. Es al revés, el antiguo, el mayor el que habla al más joven. Eso sí, habla para quien le escuche. La Historia de los vencedores, está escrita y tiene sentido, es poder, se entiende. La palabra rota, el fragmento, queda como resto para los vencidos, fugaz, oral, impreciso e incoherente. Adueñémonos de esa palabra, martillo poderoso, que es el sinsentido honesto frente al poder coherente. La incoherencia expresiva y múltiple de la experiencia frente al discurso dirigido y único de la Historia -y que ha sido tantos y tan distintos según la época, con un único elemento común: imponerse, ser coherente, y único. El pasado frente al mañana. Lo real frente a la verdad. Escribir los fragmentos, la anti-novela. Abandonar la autoría, originalidad, la genialidad única. Recuperar el espíritu del escriba, que toma nota de un tiempo oído sin orden ni sentidos, que mira y no es su tarea darle una coherencia. El copista que copia un mundo lleno de relatos y mentiras, y así queda fijado por su mano, no por su mente, el hoy. Es la mano la que escribe, la que crea; la voz la que habla, la voz de los callados.

TESIS VIII: LA REGRESIÓN COMO ASCENSO

“La tradición de los oprimidos nos enseña que el “estado de excepción” es la regla”

La anti-novela crea así el espacio de la violencia pura, la violencia expresión del espíritu, y no la violencia instrumental, que sirve -ya sea para revertir la ley, ya sea para perpetuarla. La novela rechaza una violencia dialéctica por una violencia expresiva, una coherente por una sin sentido, una articulada desde el poder por una destructiva sin ofrecer alternativa, puro dolor. La violencia pura es la que desordena, la función de la anti-novela es, entonces, desordenar; aquella novela nueva que tras el desorden reordena es una nueva Ley, refrescante, pero Ley: violencia instrumental, sentido único, útil, discurso hacia el mañana, dirección.

TESIS IX: EL INSTANTE

“Allí donde nosotros vemos encadenamiento de hechos, él ve una única catástrofe que acumula incesantemente una ruina tras otra, arrojándolas a sus pies”.

Escribamos como el Ángel de la historia, mirando al pasado, de espaldas al mañana, camino hacia el futuro. No olvidemos que la tempestad nos empuja, el camino será, solo decidimos sobre la mirada. Hay un cuadro de Goya que se titula Perro semihundido. En él se representa un perro que asoma la cabeza entre la inmensidad y mira compasivo la nada. Sus ojos contemplan derrotados la luz que llega de afuera. Esa luz puede ser la que se cuela por la puerta de Ante la ley en Kafka, la luz que refleja a quien no es admitido aunque la puerta es para él; o puede ser la luz que emana del Niñe Salvadore, que viene a rescatar al perro, que viene solo a jugar y mira con compasión, sin saber tampoco de qué o quién nos salva el Salvador, al que nadie ve. La inmensidad en que se hunde el perro y la inmensidad sobre su cabeza a la que, entendemos, pretende escapar se confunden, son un mismo tono. Así tampoco sabemos si el perro alza su cabeza hacia el cielo o la hunde más en la tierra informe. No sabemos si escapa o perece. Un tiempo absoluto en ningún lugar completa la escena. De cualquier forma no avanza, pero tampoco retrocede, es, y mira. La imagen de la angustia sin sentido, sin emoción y sin explicación. Pura expresión. El instante. Lo demás en el cuadro es silencio y ruina. La escena adopta un nuevo significado, o incluso varios, en cada nueva mirada. Infinitos sentidos que se multiplican y se contradicen. Cambio perpetuo, multiplicidad estática. Y siempre habla directamente al presente, pues la angustia es la emoción del hoy -sea cual sea. Un perro que se hunde o se eleva en ninguna parte y siempre. No importa qué mira el perro, el sentido de su angustia; sino cómo mira. Esta es la escena de la anti-novela. El narrador sin escenario escribe sobre lo que desapareció y sigue allí, sobre el sinsentido. Escribe la ruina, no pretende reconstruirla. Un gesto sí es fijo, irrenunciable: la mirada compasiva del perro semihundido.

TESIS X: EL BIEN ES COMPLACIENTE

“Los temas de la meditación que la regla monástica señalaba a los hermanos tenía por objeto prevenirlos contra el mundo y su trajín”

Evitar el trajín del mundo en la narración para no tener que enfrentar el conflicto de su representación, su sinsentido y su dolor, no mirar atrás por el miedo a expresar el horror, sería abdicar y no poner comas para no enfrentar la complejidad de ciertas decisiones sintácticas. Enfrentar el pensamiento único no pensando demasiado sería una solución de esta misma naturaleza. Escribir bien un relato, sin malas ideas, ni intención de dañar para contraponerlo a la panfletaria novela que dirige la narración y el pensamiento en dirección única, otra excusa.

TESIS XI: SEÑALAR LA FALLA Y CALLAR

“Nada ha corrompido más a los obreros alemanes que la opinión de que estaban nadando con la corriente”

La anti-novela debe señalar el conflicto, encontrar qué queda fuera del discurso, o quién, pues siempre algo o alguien queda fuera cuando todo cierra. Hablar de algo ya sabido es perpetuar el mundo que ya conocemos. Cuando pensemos que todes estamos dentro estamos perdidos, habremos olvidado finalmente y para siempre a ese otre que quedó afuera. Y de allí no se vuelve. La función de la novela es perpetuar el mejor consenso posible; la función de la anti-novela es señalar la contradicción, el error, la grieta que se escapa en la retórica que parece recoger el conjunto, que parece resolver la Historia y la Ley, donde todos nadamos a favor de corriente. La tarea del novelista es señalar el camino, la tarea del fragmentarista es encontrar la falla por la que caen los olvidados en la antinomia dialéctica que cierra en síntesis, dicen, perfectamente el círculo albergando incluso el conflicto. Piglia se da cuenta de que Chéjov tenía siempre en su mente esa grieta donde nace la historia. En Formas breves (Piglia, 1989) dice “En uno de sus cuadernos de notas Chéjov registra esta anécdota: «Un hombre, en Montecarlo, va al Casino, gana un millón, vuelve a su casa, se suicida.»”. Siempre hay una grieta por la que caen los que no se nombran, los que quedan sin nombre. Señalar la falla, mirar al abismo y poner una luz ahí donde se pierde el sentido, ahí donde la imagen es insoportable. Encontrar la falla, señalarla y callar es el gesto del fragmento. Más importante aún que encontrar la falla es callar. Callar ante el nuevo abismo, pues si se resuelve este queda sellado, el conjunto vuelve a cerrar, y nada queda por hacer o decir. Mirar de frente al horror, señalarlo y callar ante la incoherencia, ante la expresión incomprensible que muestra lo que no puede resolverse. Abrir el conflicto y no cerrarlo, dar voz, rechazar siempre el discurso. La voz frente al discurso, el fragmento frente al discurso, es quizá la tarea más compleja y más necesaria de la anti-novela. Crear o fabricar un objeto de barbarie que al menos dé cuenta de la barbarie. Si al final del relato todo cierra y hemos sabido recuperar a los caídos y cerrar la grieta y todos estamos de nuevo a salvo, hemos dado respuesta a lo que faltaba, todos más tranquilos y qué reconfortante resulta. Pero una mente tranquila es una mente que no piensa, una mente que no cambia y consigue olvidar que siempre quedó alguien fuera. Una respuesta al abismo es un discurso, una verdad buena, una novela.

TESIS XII: EN NOMBRE DEL PASADO

“La clase desaprendió en esta escuela tanto el odio como el sacrificio, ya que ambos se alimentan de la imagen de los antecesores esclavizados, no del ideal de los nietos liberados”

El futuro, que es un presente eterno, se construye en nombre del pasado, en la reconstrucción del pasado. El futuro está atrás y hacia allí debemos caminar. Soñar un futuro que no se parezca al sueño de un pasado diferente, equivale a la falacia de perfección que propone el progreso, donde el ideal es posible desmemoriándonos en nombre del mañana.

TESIS XIII: EL PROGRESO: UN MAÑANA FELIZ

“La crítica a la representación de dicho avance debe constituir la base de la crítica a tal representación del progreso”

La novela que señala las incoherencias y después las resuelve ofrece una posibilidad socialdemócrata, una posibilidad respetuosa de progreso: un mañana feliz. Dice cómo, y así seguimos mejorando, progresando, una y otra vez, con cada nueva novela crítica y sus nuevas soluciones. Pero el progreso tiene un discurso, adelanta lo que va a pasar mañana, como un vidente, como un líder espiritual, falaz e interesado. La novela no tiene derecho a decir cómo, no puede decir qué va a ser ni cómo resolver lo que es para que así sea. Pues el discurso es dogma, un camino hacia el mañana pavimentado con barbarie. Solo señalar. Señalar la cosa, la cosa que ya ha sido. La que será aún no es cosa y señalarla es un juego de prestidigitación tramposo. Nos hace ver lo que no hay, y lo peor, nos pretende convencer de que sí lo hay, de cómo llegar, sigámosles. La anti-novela debe destruirse para destruir, no para plantar nuevos rascacielos, por acogedores y sostenibles que estos sean. Solo destruir destruyéndose. No es función de la anti-novela otra cosa. Y no hay mayor destrucción que la incoherencia. Romper la lógica, reventar el razonamiento, mostrar la realidad que no cierra, la dialéctica negativa, vacío que destruye y deberá destruir también estas tesis y este programa, para que no cierre.

TESIS XIV: LA META ES EL ORIGEN

“…un salto de tigre al pasado”

Ahora bien, no olvidemos que tampoco existe tal cosa que el ayer. No se puede avanzar hacia adelante, pero tampoco retroceder al recuerdo. Solo hay un tiempo y está colmado de presente. El pasado es un símbolo, una representación presente que sirve como herramienta para el hoy; el futuro, una amenaza, un enemigo que deberemos enfrentar y habitar. Pero haber, solo hay presente. Un presente fugaz, insostenible, que nos zarandea, todo presente infinito. Ese es nuestro tiempo. La voz, que es lo más nuestro, solo existe hecha de presente. Solo se habla ahora, otra cosa son ilusiones fabricadas de un aroma embriagador de recuerdos o sueños. Solo se habla en, desde, para y hacia el presente. Un presente que salta como un tigre y hace volar por los aires lo oculto y trae el pasado para que el futuro sea un pasado otro al de las ruinas, presente, fragmento, mirada, gesto, incoherencia, compasión: “Ruinas esparcidas gris ceniza alrededor refugio cierto por fin sin salida. Jamás sino en sueño el sueño hermoso no tener más de un tiempo que hacer.” (Beckett, 1969).

TESIS XV: LA NOVELA DEBE REVENTAR EL ENGRANAJE

“…ocurrió que, en varios sitios de París, en acciones independientes y simultáneas, se disparó sobre los relojes de las torres”

Hacer saltar por los aires la continuidad lógica de la Historia es propio, lo que debe hacer la anti-novela. Una novela que tira piedras contra los relojes, no porque eso pare el tiempo, sino porque demuestra su otra naturaleza no impuesta, no lineal. Que hay un tiempo de los relojes rotos, que no avanza, que hablan en un presente total y eterno, que no ha dejado de pasar.

TESIS XVI: LA MIRADA CONVIERTE EL PASADO EN PRESENTE

“un presente que no es transición, sino que lleva dentro el tiempo detenido”

La mirada, que es única, es la materia de la anti-novela pues hace único y distinto cada instante y cada cosa, no ensamblaje de una cadena, fragmentos quebrados de materia necesaria que se des-articulan en su inconexión. La mirada opera el instante y la vida particular de cada instante y quien lo habita. Expresa sin explicar, sin dar sentido. La mirada que trabaja lo difuso, lo intenso, lo incontenible e inconcretable, que se derrama y no cierra, que se expande y se contradice, la mirada que detiene el tiempo en el presente absoluto de la propia mirada, que no acepta discurso que explique o resuelva el conflicto de la cosa que es en sí misma el hecho de la mirada, la mirada como recuerdo del mirar que se presentifica por su propia intensidad y expresividad, que no es relato del pasado sino presentización del hecho pasado, mirado, pero que sigue siendo presente en el tiempo absoluto de lo visto, el tiempo detenido en el mirar, y que en el mirar es compasión. La anti-novela de-construye el espacio de ese tiempo detenido en la mirada, que es siempre presente y no pasa, no queda atrás, si alguien lo mira. El narrador es voz de otro a través de su mirada para que los demás escuchen, nada más. Pero su tarea no es simple, su técnica es una artesanía que debe sublimar el tiempo y construir una figura, gesto, compasión, cosa, fragmento que no responde a las dimensiones conocidas, hablar un lenguaje que no conoce ninguna lengua y es todas mestizadas. Expresar la mirada del instante en esa multiplicidad e intensidad que escapa al entendimiento humano es lo que llamamos literatura, en este caso, anti-novela.

TESIS XVII: UN LENGUAJE CON LA FORMA DEL ABISMO

“La percibe (la mónada) para hacer que una determinada época salte por fuera del curso homogéneo de la historia”

Igual que el historicismo culmina en la Historia Universal, la novela discursiva culmina con la pretensión decimonónica abarcar el absoluto: la Gran Novela Realista. La comedia humana de Balzac o Los episodios nacionales de Galdós, son admirables pretensiones de reflejar el todo, también lo oculto, pero en su explicación, en su pretensión de contenerlo y entenderlo totalmente cometen un pecado mayor, no el de dejar a alguien fuera sino el de creer que nadie queda fuera, que no falta ningune. Ese es el terror del bienintencionado pero falso Salvador de las contradicciones y las incoherencias. La justicia no es el bien, es el tode, y del tode solo se puede decir que no se abarca. La mónada es (también) el objeto de la anti-novela, pues de algo debe estar hecha, pero se debe reconocer que no se alcanza, que solo se pretende. Una vez frente al abismo se debe liberar al lenguaje, es tarea del narrador liberarlo, ahí reside la dificultad técnica. Hablar un lenguaje que tenga la forma del abismo, que no responde a los surcos ya trazados de la superficie. Lorca sabe que la “poesía es la unión de dos palabras que no debían encontrarse”. Es un lenguaje que salta por los aires, o salta al abismo, y tiene su forma y su color, su inexplicabilidad. ¿Por qué hay abismo? ¿Por qué hay allí abajo gente olvidada? El lenguaje debe tomar el sinsentido de la pregunta, no responderla acertadamente.

TESIS XVIII: EL TAMAÑO DE NUESTRA INSIGNIFICANCIA

“El tiempo presente (Jetztzeit), que como modelo del tiempo mesiánico resume en una abreviatura enorme la historia de toda la humanidad, coincide milimétricamente con la figura que dicha historia compone en el universo”

Después de todo, si algún argumento le quedara al sentido (la Historia) para defenderse frente a la expresión inexplicable de la mirada (la historia), este caerá al compararse la magnitud de la Historia respecto del cosmos: si el Universo comenzó hace un día, la Historia comenzó en el último quinto del último segundo de la última hora de ese día.

FRAGMENTO A: HUECOS EN VEZ DE NEXOS

“…las astillas que han salido despedidas del tiempo mesiánico”

Es materia de la anti-novela, no la conexión de unos hechos con otros, sino el vacío de los huecos que quedan entre ellos, la mirada compasiva del hecho desde el hueco.

FRAGMENTO B: EL NARRADOR ES UN PROFETA HUMILDE

“…cada segundo era en él la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías”

El narrador habla su mirada guiado por el duende inmundo de la sintaxis. Este juega una partida de ajedrez en la que siempre vence, pero vence sin derrotar a nadie ya que eso es posible en la anti-novela. El fragmentarista es un profeta humilde que canta los susurros del duende al que no entiende, que habla de la llegada de un Niñe Salvadore que viene a solo jugar y mira con compasión, de la vuelta al no-tiempo y el no-espacio edénicos en donde los dos jugadores, vencedores y vencidos, pueden ganar la partida final, donde un lenguaje puro de mestizajes recoge la coherencia del sinsentido, la lógica de la contradicción.

Madrid, 14 de febrero de 2021

BIBLIOGRAFÍA

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Piglia, Ricardo. “Tesis sobre el cuento” (1986). En Formas breves. Barcelona: Anagrama, 2000.

Kafka, Franz. “Ante la ley” (1915). En Cuentos completos. Madrid: Valdemar, 2017.

Beckett, Samuel. “Sin” (1969). En Relatos. Barcelona: Tusquets, 2009.

Fitzgerald, Francis Scott. “El crack-up” (1936). En El crack-up: La grieta. Buenos Aires: Bruguera, 1983.

García Lorca, Federico. Palabra de Lorca. Declaraciones y entrevistas completas. Barcelona: Malpaso, 2017

Arlt, Roberto. Los siete locos (1929). En Novelas completas. Buenos Aires: Losada, 2007.

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