No Sex #43: El amor es elección

«Subí un par de historias de calles cercanas a la biblioteca para ver si caía reacción»

Álvaro, Córdoba, de noviembre a febrero de 2024

«A mí él me apareció en Instagram pero no se lo cree» me cuenta. «Yo le seguí, él me siguió y nos dimos algunos likes en stories». Apenas unos meses después, sin que hubiese pasado de ahí, Álvaro vio unas fotos en el Albaicín y le respondió de nuevo. Intercambiaron un par de frases en la marabunta comunicativa de Instagram pero aquello no fue nada. Unos días después la vida les tenía algo más preparado: Álvaro fue a la biblioteca de su facultad, en Córdoba, a trabajar un rato cuando acabó celebrando a gritos (eso lo imagino yo) que una buena amiga había aprobado un examen dificilísimo. 

«Al rato, otra amiga que estaba por allí me dijo: hay un chico que no para de mirarte».

Javi, Huelva, de noviembre a febrero de 2024

Javi estudiaba medicina en la Universidad de Salamanca y en uno de los rotatorios le tocaba Córdoba mientras cursaba el resto de asignaturas, por eso andaba por el sur y por eso estuvo también en Granada a finales de enero, lugar en el que habló abiertamente de su sexualidad con una de sus mejores amigas, casi al mismo tiempo que Álvaro le respondía un story, algo que se perdió en la marabunta comunicativa de Instagram. Volvió a Córdoba y le tocó esperarse a la convocatoria extraordinaria de febrero mientras el resto de sus compañeros se habían ya marchado a casa, soledad que lo mantuvo alejado de la biblioteca y encerrado en casa hasta que un día se decidió a salir a ver qué ocurría. «¿Por qué a la Facultad de Filosofía y Letras? Porque era el paseo más bonito por la ciudad». Claro, es que la belleza importa.

Y allí fue Javi, a la Biblioteca dónde estaba Álvaro.

Álvaro, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024

«¿Es él? ¿El mismo de Instagram?»

Javi, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024, alguna hora después

«¿Es él? ¿El mismo de Instagram?»

Ya salí fuera y puso dos stories de la Facultad para decirle que sí, que sí era él.

«Decidí jugármela y usar una carta muy básica en el ligoteo del siglo XXI: subir un par de

historias de calles cercanas a la biblioteca para ver si caía reacción».

Álvaro, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024, esa misma noche

«Terminamos la jornada de estudio y Javi subió dos historias de la fachada de la facultad. Yo, de nuevo, le di me gusta, pensando que él me hablaría. Spoiler: no. Entonces ese mismo día, por la noche, pensé en lanzar la

última bala como quien no tiene nada que perder y le escribí: ‘Deja de darme me gusta

en Instagram y de mirarme en la biblioteca e invítame a un café’».

Álvaro y Javi, Córdoba, 7 de febrero de 2024

El mensaje surtió efecto porque, en general, uno tiene que ir a por las cosas que quiere, aunque sea para recibir una negativa. Álvaro y Javi quedaron a cenar en la judería y Javi vomitó, algo que a Álvaro le pareció encantador y conectado a una de sus series de amor favoritas, Foodie Love de Isabel Coixet, en el que en una cita el chico vomita y no pasa nada grave, sino al contrario: se crea una bonita anécdota que en la serie quedaba estupenda y se balanceaba en la fina línea entre el ridículo y la ternura, algo totalmente romántico y climático si me preguntan. Supongo que cuando uno desea, todas las señales parecen indicarle el mismo camino. «Fue el 7 de febrero de 2024. Con la Puerta de Almodóvar por testigo, cuando me abracé por primera vez al amor de mi vida. Nos sentamos en el bar y hablamos varias horas, dimos un paseo y yo sentía que no quería que se acabara el tiempo. Es una sensación estúpidamente rara.» me dice Javi. 

Álvaro me dice que se enamoró parcialmente ese día porque ha seguido enamorándose hasta hoy, a lo que siguió un listado de motivos minúsculos y fantásticos, algunos hasta atañen a esta revista: «Me enamoré cuando me hablaba de su familia, de sus amigos y de Dios. Me enamoré cuando nos perdíamos por las iglesias de Córdoba y él me explicaba con pasión cada detalle que veíamos. Me enamoré cuando se aprendió el setlist de una cantante que me gusta mucho para poder disfrutar el concierto conmigo. Me enamoré cuando vi lo valiente que era, solo porque quería estar conmigo. Me enamoré cuando compartió un artículo mío de sustrato en su Instagram cuando apenas nos estábamos conociendo.»

Cuánto amor se genera cuando sientes que te leen, eh, Álvaro.

Álvaro y Javi, Córdoba-Córdoba, Córdoba-Huelva, Córdoba-Salamanca, Córdoba-Oviedo, junio de 2024 en adelante

«Acordamos tener siempre la siguiente fecha cerrada para vernos cuando nos despedíamos» me explica Javi. Porque ellos apenas han compartido ciudad desde que se conocieron. Javi siguió sus estudios en otros lugares, Álvaro los siguió pero en Córdoba. Se inauguró así una relación a distancia cuyos engranajes se ajustaban por todo lo que tenían en común pero, sobre todo, por todo lo que seguían deseando tener en común. Que es algo distinto: no se sostiene en el pasado, en lo que fue, sino en lo que está siendo y en la voluntad de lo que quieren que sea en el futuro. 

Me contestan por separado a lo que les gusta del otro y ambos coinciden: su amor y cuidado por los demás. Álvaro me dice que le fascina que sea capaz de escucharle mil veces hablar sobre el mismo tema. Javi habla del compromiso de Álvaro. Les pregunto cómo lo hicieron, cómo funciona, si han aprendido algo en este tiempo y me dan de bruces con la respuesta más sencilla: haciéndolo todo día a día. Desde rituales de Tik Tok y Facetime hasta claveles por sorpresa y tradiciones instauradas para ver los Goya o comer hamburguesas con resaca. Nunca es para tanto, ese es el milagro, que todo lo podrían haber hecho hoy o, como mucho, mañana. 

Javi, Oviedo, octubre de 2025

Javi está preparándose el MIR en Oviedo. Me imagino la llovizna del domingo mientras me escribía la respuesta a mi pregunta. ¿Qué es el amor? 

«El amor es sonreír cuando mi almohada huele a ti después de que te hayas ido.»

Álvaro, París, octubre de 2025

Álvaro se está doctorando en cine en París. Con él me tomé un vino no hace mucho, le propuse contar su historia y le pregunté, también, qué era el amor.

«Es elección».

Carla, Madrid, octubre de 2025

A estas alturas no me queda ni un ápice de duda: ellos se han elegido.

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«A mí él me apareció en Instagram pero no se lo cree» me cuenta. «Yo le seguí, él me siguió y nos dimos algunos likes en stories». Apenas unos meses después, sin que hubiese pasado de ahí, Álvaro vio unas fotos en el Albaicín y le respondió de nuevo. Intercambiaron un par de frases en la marabunta comunicativa de Instagram pero aquello no fue nada. Unos días después la vida les tenía algo más preparado: Álvaro fue a la biblioteca de su facultad, en Córdoba, a trabajar un rato cuando acabó celebrando a gritos (eso lo imagino yo) que una buena amiga había aprobado un examen dificilísimo. 

«Al rato, otra amiga que estaba por allí me dijo: hay un chico que no para de mirarte».

Javi, Huelva, de noviembre a febrero de 2024

Javi estudiaba medicina en la Universidad de Salamanca y en uno de los rotatorios le tocaba Córdoba mientras cursaba el resto de asignaturas, por eso andaba por el sur y por eso estuvo también en Granada a finales de enero, lugar en el que habló abiertamente de su sexualidad con una de sus mejores amigas, casi al mismo tiempo que Álvaro le respondía un story, algo que se perdió en la marabunta comunicativa de Instagram. Volvió a Córdoba y le tocó esperarse a la convocatoria extraordinaria de febrero mientras el resto de sus compañeros se habían ya marchado a casa, soledad que lo mantuvo alejado de la biblioteca y encerrado en casa hasta que un día se decidió a salir a ver qué ocurría. «¿Por qué a la Facultad de Filosofía y Letras? Porque era el paseo más bonito por la ciudad». Claro, es que la belleza importa.

Y allí fue Javi, a la Biblioteca dónde estaba Álvaro.

Álvaro, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024

«¿Es él? ¿El mismo de Instagram?»

Javi, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024, alguna hora después

«¿Es él? ¿El mismo de Instagram?»

Ya salí fuera y puso dos stories de la Facultad para decirle que sí, que sí era él.

«Decidí jugármela y usar una carta muy básica en el ligoteo del siglo XXI: subir un par de

historias de calles cercanas a la biblioteca para ver si caía reacción».

Álvaro, Facultad de Filosofía y Letras, 5 febrero de 2024, esa misma noche

«Terminamos la jornada de estudio y Javi subió dos historias de la fachada de la facultad. Yo, de nuevo, le di me gusta, pensando que él me hablaría. Spoiler: no. Entonces ese mismo día, por la noche, pensé en lanzar la

última bala como quien no tiene nada que perder y le escribí: ‘Deja de darme me gusta

en Instagram y de mirarme en la biblioteca e invítame a un café’».

Álvaro y Javi, Córdoba, 7 de febrero de 2024

El mensaje surtió efecto porque, en general, uno tiene que ir a por las cosas que quiere, aunque sea para recibir una negativa. Álvaro y Javi quedaron a cenar en la judería y Javi vomitó, algo que a Álvaro le pareció encantador y conectado a una de sus series de amor favoritas, Foodie Love de Isabel Coixet, en el que en una cita el chico vomita y no pasa nada grave, sino al contrario: se crea una bonita anécdota que en la serie quedaba estupenda y se balanceaba en la fina línea entre el ridículo y la ternura, algo totalmente romántico y climático si me preguntan. Supongo que cuando uno desea, todas las señales parecen indicarle el mismo camino. «Fue el 7 de febrero de 2024. Con la Puerta de Almodóvar por testigo, cuando me abracé por primera vez al amor de mi vida. Nos sentamos en el bar y hablamos varias horas, dimos un paseo y yo sentía que no quería que se acabara el tiempo. Es una sensación estúpidamente rara.» me dice Javi. 

Álvaro me dice que se enamoró parcialmente ese día porque ha seguido enamorándose hasta hoy, a lo que siguió un listado de motivos minúsculos y fantásticos, algunos hasta atañen a esta revista: «Me enamoré cuando me hablaba de su familia, de sus amigos y de Dios. Me enamoré cuando nos perdíamos por las iglesias de Córdoba y él me explicaba con pasión cada detalle que veíamos. Me enamoré cuando se aprendió el setlist de una cantante que me gusta mucho para poder disfrutar el concierto conmigo. Me enamoré cuando vi lo valiente que era, solo porque quería estar conmigo. Me enamoré cuando compartió un artículo mío de sustrato en su Instagram cuando apenas nos estábamos conociendo.»

Cuánto amor se genera cuando sientes que te leen, eh, Álvaro.

Álvaro y Javi, Córdoba-Córdoba, Córdoba-Huelva, Córdoba-Salamanca, Córdoba-Oviedo, junio de 2024 en adelante

«Acordamos tener siempre la siguiente fecha cerrada para vernos cuando nos despedíamos» me explica Javi. Porque ellos apenas han compartido ciudad desde que se conocieron. Javi siguió sus estudios en otros lugares, Álvaro los siguió pero en Córdoba. Se inauguró así una relación a distancia cuyos engranajes se ajustaban por todo lo que tenían en común pero, sobre todo, por todo lo que seguían deseando tener en común. Que es algo distinto: no se sostiene en el pasado, en lo que fue, sino en lo que está siendo y en la voluntad de lo que quieren que sea en el futuro. 

Me contestan por separado a lo que les gusta del otro y ambos coinciden: su amor y cuidado por los demás. Álvaro me dice que le fascina que sea capaz de escucharle mil veces hablar sobre el mismo tema. Javi habla del compromiso de Álvaro. Les pregunto cómo lo hicieron, cómo funciona, si han aprendido algo en este tiempo y me dan de bruces con la respuesta más sencilla: haciéndolo todo día a día. Desde rituales de Tik Tok y Facetime hasta claveles por sorpresa y tradiciones instauradas para ver los Goya o comer hamburguesas con resaca. Nunca es para tanto, ese es el milagro, que todo lo podrían haber hecho hoy o, como mucho, mañana. 

Javi, Oviedo, octubre de 2025

Javi está preparándose el MIR en Oviedo. Me imagino la llovizna del domingo mientras me escribía la respuesta a mi pregunta. ¿Qué es el amor? 

«El amor es sonreír cuando mi almohada huele a ti después de que te hayas ido.»

Álvaro, París, octubre de 2025

Álvaro se está doctorando en cine en París. Con él me tomé un vino no hace mucho, le propuse contar su historia y le pregunté, también, qué era el amor.

«Es elección».

Carla, Madrid, octubre de 2025

A estas alturas no me queda ni un ápice de duda: ellos se han elegido.

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