(Podéis encontrar la segunda parte de la Biblioteca Roberto Bolaño aquí)
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“Yo estoy de acuerdo: que vuelva Cortázar. Es misterioso el mecanismo por el cual un escritor admirado se convierte, de pronto, en una leyenda desechable. Pero las modas literarias casi nunca se sostienen en lecturas o relecturas reales. Tal vez ahora, cuando cualquiera barre el suelo con su memoria, nos arrepentimos de haberlo negado tres veces.
Tal vez recién ahora estamos listos para leer, de verdad, a Cortázar.”
Alejandro Zambra
Y, ¿por qué no?, hagamos el repaso de sus obras, digamos algo de lo que él escribió, porque lo que escribió es genial. Sus novelas, dejémoslo en sus novelas: el espacio vacío de la literatura del futuro.
*He decidido escribir solo sobre las novelas porque no son novelas, son anti-novelas y eso es lo que quedará. Bolaño es un mal poeta, un ensayista mediocre, un buen conferenciante y un cuentista aburrido de tan tradicionalmente posmoderno y perfecto. Bolaño es el anit-novelista que fundará nuestro mundo del futuro. Bolaño es el escritor del futuro, por sus novelas, que no son novelas normales, son anti-novelas.
Comencemos:
1984 - Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (con A. G. Porta): Este libro es malo, las cosas como son. Bolaño aún no está enfermo (igual que el casi-fusilamiento de Dostoievski, el primer internamiento de Bolaño parece marcar biográficamente el nacimiento de su genio), aún es más bien poeta, aún le importa más la vida que la literatura, y eso está bien, pero el libro es malo.Aún así es una barbaridad tarantinesca con unos cuantos chistes rescatables. No debería aparecer en sus obras completas o en el futuro recuerdo del chileno. Es mi propuesta al menos.
“Ayer leí, por ejemplo, que las editoriales de Nueva York reciben anualmente más de 10.000 libros de poesía. ¿Te imaginas? ¡Cuántos poetas!”1
1984 - La senda de los elefantes (reeditada en 1999 como Monsieur Pain): Esta tampoco debería aparecer en el recuento final de Bolaño, y él tuvo la oportunidad de dejarlo claro, pero cedió al reeditarla en el 99’. Ya enfermo, ya famoso, ya con hijos, el dinero para su familia primó, algo sin duda admirable. Todo lo hizo por el dinero y por sus hijos, y eso es mucho más honorable que la literatura. Aún con todo este poema francés en prosa a la Valery antecede al cuento “Henry Simone Le Prince” y los amantes de la vanguardia y de Bolaño, los amantes incluso de la mala poesía de Bolaño, lo pasamos bien y nos hace pensar y tiene aún calados versos de su época poeta en una narración que por lo demás no se sostiene.
“Puede verlo así: las enfermedades, todas, son provocadas por desarreglos nerviosos. Desarreglos inducidos, planeados con antelación y frialdad: ¿por quién?, por el mismo enfermo, por el ambiente, por Dios o por el Destino, no viene al caso… El hipnotismo invertiría el proceso y provocaría la curación. Es decir, el olvido”.2
1993 - La pista de hielo: Esta sí es su primera novela. Es un tópico de los estudios bolañescos, pero es la verdad. Las fechas, circunstancias vitales, estructura incólume del texto, el tono sostenido perfecto, la trama detectivesca-criminal, lo demuestran. Este es Bolaño ya entero y hecho por primera vez. Tres voces testimoniales se suceden en orden fragmentado. Amor apasionado, belleza lírica, sangre. Una ciudad como tablero de juego. Personajes tan siniestros como entrañables que podrían tanto guardar un cadáver en el congelador como darte un abrazo mientras lloras un día de lluvia al final del verano. El arte lleva al crimen y eso es terrible y la vida es un lugar peligroso y solo amar merece la pena, pero ¿no es el amor el arte del crimen? Ya está todo Bolaño aquí, en una de sus menos leídas, y quizá mejores nouvelles.
“A veces por las mañanas, cuando desayuno solo, pienso que me hubiera encantado ser detective”3
1996 - La literatura nazi en América: No soy tendente a las confesiones, pero este es mi-su libro favorito. No es tan radicalmente innovador como se dice. El evidente antecedente de Historia universal de la infamia, de Borges, Alfonso Reyes, Marcel Schwob, e incluso las vidas i razos de los trovadores catalanes. Todo lo ya mencionado. Pero la forma tan explícita, fabulada, burlesca, erudita, lírica y posmoderna en que ata fascismo y gran literatura, juego ficcional rioplatense (Piglia), vida breve, no tiene comparación. Bolaño disfruta con el fuego del mal, y este (por delante de Nocturno de Chile y El Tercer Reich, incluso de 2666) es su mejor fórmula.
“Cultivó la literatura real-socialista aunque a escondidas escribía poemas surrealistas”4
1996 - Estrella distante: Esta sí es una novela normal. Tan normal, tan perfecta, que casi parece burlarse de todos nosotros, de la normalidad y la perfección, diciendo: voy a escribir la novela más normal que se haya escrito jamás, tan perfecta como El gran Gatsby, tan desquiciada como El extranjero, tan apasionada como El amante, y en ella guardaré el horror en su formulación ideal y para todos los públicos. Y no os daréis cuenta de que habéis caído en la trampa. Es demasiado perfecta, pero es a propósito. Es demasiado para todo el mundo, y eso es genial, porque esa fue la gran vanguardia de Bolaño: un novelista que viene del Ulises y La vida instrucciones de uso, es capaz de escribir novelitas para el gran público, para la señora que remueve la cazuela. Mal que le doliera al desdentado chileno, esa lección la aprendió de García Márquez pues, aunque ahora lleve zapatos de charol en el trópico, nadie desde él había escrito libros tan buenos, tan leídos.
“Ésta es mi última retransmisión desde el planeta de los monstruos. No me sumergiré nunca más en el mar de mierda de la literatura. En adelante escribiré mis poemas con humanidad y trabajaré para no morirme de hambre y no intentaré publicar”5
1998 - Los detectives salvajes: Había dicho que no iba a hablar de este libro y aquí estoy. ¿Cómo hablar de un libro que te cambió la vida? No puedo analizarlo. Puedo señalar un aspecto lateral que me parece muy relevante. Bolaño es el primer escritor de la tradición hispana que descubre que el diario es el género del siglo XXI y seguramente del XXII, y no se lo dijo a nadie, ni se lo he escuchado decir a mucha gente, pero es así, y desde ahí funda en nuestra lengua la anti-novela, y tiene su prima-hermana en la también genial, al mismo nivel, a veces pienso que incluso superior, negaré haberlo dicho, La novela luminosa de Mario Levrero, pocos años después, pero después, eso sí, después. Así que no. Me niego. Lo siento, Levrero, te quiero, te quiero tanto, pero siempre será Bolaño, siempre será Bolaño…
“Una tarde le dije a Arturo que me marchaba, que ya no podíamos seguir viviendo juntos. Él me preguntó por qué. Le dije que ya no lo soportaba. ¿Qué te he hecho?, dijo. Nada, soy yo la que me estoy haciendo cosas terribles, dije. Necesito estar sola. Al final terminamos gritándonos. Me trasladé a casa de Daniel. A veces Arturo me iba a ver y conversábamos, pero cada día que pasaba el verlo me resultaba más doloroso. Cuando mi madre me envió el dinero cogí el avión a Roma y me fui” 6
1999 - Amuleto: Un poema lírico-político. Quien diga que Bolaño no es un escritor político, o que es un escritor descomprometido, en fin. Nada más político que la voz y la mirada. Repito: algunos no saben leer. Seguramente no es la mejor, a mí no me fascinó tanto como dicen los más expertos en el autor. También es cierto que fue la última que leí, con demasiada ilusión por deslumbrarme como la primera vez. En todo caso sí es el mejor final de toda su obra, seguro.
“¿Pero qué clase de amor pudieron conocer ellos?, pensé cuando el valle se quedó vacío y sólo su canto seguía resonando en mis oídos. El amor de sus padres, el amor de sus perros y de sus gatos, el amor de sus juguetes, pero sobre todo el amor que se tuvieron entre ellos, el deseo y el placer”7
2000 - Nocturno de Chile: Un poema teológico-criminal. Al revés que la anterior. No será tan buena, pero es mi segunda favorita. Un cura chileno del opus en monólogo interior faulkneriano de párrafo único sobre la culpa de la pulsión sádica entre debates de críticos literarios y dictaduras pinochetistas. ¿Para qué queremos más? Pues tuvimos más, porque esta novela produjo, además, la mejor de todas las mitológicas entrevistas de Bolaño que rondan por YouTube y que no fueron tantas, pero que seguramente esta es la más escondida. No me guardaré el secreto del mal, aquí está: Presentación Nocturno de Chile en el Instituto Cervantes de Londres. Sencillamente cierren los ojos y disfruten. Es un poema oral. Se pueden separar los versos perfectamente.
“La respuesta era sencilla: porque la costumbre distiende toda precaución, porque la rutina matiza todo horror”8
2002 - Amberes: Tercer poema en prosa presentado como novela. Seguramente el más antiguo. Quizá el único rescate que hizo Bolaño de sus viejas carpetas. Lo más cercano a un buen poema de Bolaño, otro ejemplo superlativo de su capacidad y variedad de registros para destruir la novela.
“Lámpara de cuarto de hotel. Cenefa verde oscura. Alfombra desgastada. Muchacha a cuatro patas que gime mientras el vibrador entra en su coño”9
2002 - Una novelita lumpen: Tan mala y tarantinesca como la primera. Un borrón lo tiene cualquiera. A punto de morir se justifican más. Siendo además una novela de encargo para una extrañísima colección de Claudio López Lamadrid en Mondadori, cuya mayor virtud (de esa colección) es haber producido Mantra, de Fresán, pues en fin. Los póstumos le redimieron, afortunadamente (no como a otros).
“Esa noche, después de tanto tiempo, la noche fue de verdad, oscura y frágil y ribeteada de miedos, y todos los que permanecimos despiertos aquella noche fuimos seres débiles, cansados, con ganas de contemplar otra vez el amanecer, la vacilante claridad de Piazza Sonnino”.10
2004 - 2666: Primera novela póstuma. La obra magna, de eso no hay duda. Es la novela del futuro, y seguramente la mayor contribución del autor a las letras universales. Escribió la primera gran obra del siglo XXI, más de 1000 páginas, cinco libros, todo vale, y solo la frase las sostiene (sin extraños experimentalismos tipográficos de computadora, Bolaño creía en el futuro y en la literatura, ¿es acaso incompatible?). Solo Ernesto Castro ha sabido explicar en qué consiste disfrutar esta novela: atravesar el desierto de horror. El horror siempre fue la literatura, la belleza es muerte. La vida, la vida está fuera. Para la vida escribió Bolaño este libro que quiso publicar por separado, los cinco libros que lo componen de forma independiente, de nuevo, para que generara más regalías, para dejar mejor legado a su mujer e hijos, cosa que su editor, tan amante de la muerte y la literatura, decidió no hacer, para bien de las bibliotecas de oro y marmol, que aquí un servidor también ama, y qué coño, Bolaño también amaba, porque aunque se emperrara tanto contra la posteridad y la altanería caballeresca de los literatos él era el primer y más fanático hidalgo caballero andante de las letras de oro, las letras de oro son muerte, y supo el chileno reconocerlo y denunciarlo, y también reconocerse el primer pecador, y esta catedral de la literatura a la que dedicó los últimos años de su vida, sabiendo ya que iba a morir (él siempre lo supo, y “siempre estuvo listo para morir”, como Twain, como el samurái) es la prueba evidente.
“¿Qué era lo que la profesora no soportaba?, dijo Elvira Campos. ¿La vida en Santa Teresa? ¿Las muertes en Santa Teresa? ¿Las niñas menores de edad que morían sin que nadie hiciera nada para evitarlo? ¿Era suficiente eso para llevar a una mujer joven al suicidio? ¿Una universitaria se habría suicidado por esa razón? ¿Una campesina que había tenido que trabajar duro para llegar a ser profesora se habría suicidado por esa razón? ¿Una entre mil? ¿Una entre cien mil? ¿Una entre un millón? ¿Una entre cien millones de mexicanos?”11
2010 - El Tercer Reich: Tengo una debilidad personal. ¿La tercera favorita? No estoy seguro de cuánto de buena es. Se hace tediosa en realidad. Pero es absorbente. Es adictiva. Te vicias, como a un buen juego de estrategia, o a un buen videojuego. Es una novela para viciarse. Es otro tratado sobre arte, vida, juego, crimen, belleza y fascismo. Sangre, amor, literatura. Bolaño. Velocidad. ¿Qué ha ocurrido en la playa? ¿A dónde lleva ese rastro de sangre en la arena? ¿Esa frase críptica que quedó colgando en sus ojos? Al abismo de un sueño, y es un sueño al borde del acantilado, donde solo cabe suicidarse o empujar al amante al fondo del mar. Y después, seguir jugando, o morir ardiendo en el fuego de la poesía. “¿Y a ti qué fue realmente lo que te pasó?”12
2011 - Los sinsabores del verdadero policía: No la he leído. Solo me queda esta. Me la guardo, seguramente para siempre. Para que siempre me quede una novela de Bolaño. Por si acaso. Por si acaso algún día mi vida está en peligro y necesito que me salve.
**Puesto que esta no la he leído no hay cita.
***No incluiré aquellas dos novelas que nunca debieron existir, pero Alfaguara decidió expoliar de los cajones para arrejuntar unos cuantos papeles desordenados y sacar dos libros que el autor jamás habría sacado.
Supongo que lo que quiero decir es que Roberto Bolaño es un autor cargado de literatura. Bolaño es pura literatura, pura palabra, libros, autores, cuentos, poemas, citas. No se le recuerda a Bolaño un comentario, una referencia, una alusión a cuadros o pintores. Ni a música, ni a cine, ni a fotografía, ni a danza, ni a ninguna disciplina que no fuera literaria.
Y Los detectives salvajes es lo opuesto a ese México anaranjado, de desierto con cactus y calaveras, lo opuesto a un México más parecido a Emilia Pérez que a Juan Rulfo, que es el que nos quiere transmitir la edición infame. No, el México de Bolaño es Rulfo, y Arreola, y Fuentes, y Sor Juana Inés de la Cruz, y Garro, y la Poniatowska, como decía él, y muchísimos más porque Bolaño lo leía absolutamente todo —y absolutamente a todas, como nos ilustró bien la tan sabia y obsesiva Luna Miguel que las rastreó a todas aquí.
Y de eso están hechos los libros de Bolaño: de literatura y pasión por la vida, pero la vida real, la vida vivida, no la apariencia, no la pose de vida; son, sin duda, autoficción, literatura del yo, pero yo literatura, vida atravesada de literatura.
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1 (Alfaguara, 2018, 162)
2 (Alfaguara, 2018, p. 83)
3 (Alfaguara, 2018, p. 125)
4 (Alfaguara, 2018, p. 200)
5 (Alfaguara, 2017, p. 145)
6 (Alfaguara, 2016, p. 532)
7 (Alfaguara, 2018, pp. 150-151)
8 (Alfaguara, 2017, p. 134)
9 (Alfaguara, 2018, p. 70)
10 (Alfaguara, 2018, p. 103)
11 (Alfaguara, 2016, p. 703)
12 (Alfaguara, 2018, p. 313)
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(Podéis encontrar la cuarta y última parte de la Biblioteca Roberto Bolaño aquí)